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La visión de Caronte… La región más tranquila

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miguel hernandez vision de caronte 1 junio 2015

La violencia e inseguridad que se vive en otras entidades del país está latente en Yucatán; hasta ahora no se dan balaceras habituales en otras regiones de México, ni ocurren levantones o ejecuciones en las calles, pero Yucatán ya no es el paraíso seguro del cual se ha presumido.

Esta no es una declaración apocalíptica ni que pretende sembrar la inquietud entre los habitantes de la entidad, o de la capital meridana, simplemente es un planteamiento basado en lo ocurrido en los últimos meses, o más bien, en lo que va de 2015.

Recordemos que en Mérida, este año se han detenido a prófugos del crimen organizado quienes escogieron esta ciudad para refugiarse, porque oficialmente “aquí no pasa nada”. Ya no son extraños los reportes de intento de extorsión telefónica a meridanos tranquilos. Incluso se han dado esas llamadas amenazantes en el interior del estado, donde funcionarios de los Cabildos que recién acabaron con sus encargos, fueron hostigados por supuestos grupos del crimen organizado.

Pero esos datos no salieron a la luz para no entorpecer las investigaciones, que a final de cuentas no llevaron a nadas, todo quedó en el susto para los afectados y posibles víctimas, quienes aparentemente no cayeron en el juego. Indudablemente muchos más mantuvieron el asunto en silencio.

Lamentablemente esto no se centra en personajes de la política, sino que también alcanza a ciudadanos comunes. Hace unos días se divulgó el intento de extorsión a unos turistas en un hotel de esta ciudad y, por si fuera poco, una balacera en la colonia Jesús Carranza, motivada por otro intento de extorsión.

Sumemos los homicidios que se han registrado, los robos a casa habitación, los asaltos a ciudadanos comunes y hasta la esquizofrenia de conductores de vehículos con placas de otros estados. Además es del conocimiento popular que Kanasín tiene colonias donde la inseguridad es evidente. Oxkutzcab hasta tiene pequeños grupos de neonazis (versión “Yucatán curios”). En el sur profundo de Mérida ni se diga, pues la pobreza, el desempleo y otros factores han hecho esa zona de las más inseguras de esta capital.

Pero debemos pensar no en lo visible, sino en aquello que se oculta. En el territorio yucateco hay lugares donde las cosas se mantienen como en un cenote: con la superficie tranquila pero con el peligro de remolinos bajos las aguas. Poblaciones como Valladolid, con sus calles oscuras fuera del primer cuadro de la ciudad y a medio camino entre Mérida y Cancún, es un sitio donde las cosas parecen tranquilas pero en realidad algo pasa ahí…, y las autoridades lo saben.

Hace unos días vi en la Sultana del Oriente que de una camioneta blanca, con vidrios polarizados, sin placas, descendió un sujeto. No me llamó la atención la guayabera blanca, de lino, los zapatos relucientes, sus acompañantes o los lentes oscuros (ya pasaban las nueve de la noche), sino el hecho de que se acomodó una pistola tipo escuadra en el cinturón, cubriéndola luego con su ropa. Algo hasta cierto punto natural en otra parte del país, pero no en el Mayab, de donde hasta hace pocas décadas se decía “si se acaba el mundo, me voy a Yucatán”.

Ojalá que la seguridad local de la que se habla no sea sólo una ilusión.

Hasta la próxima…

 

Por Miguel II Hernández Madero