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A las Adelantadas (Ivonne y Margarita) quiere Dios

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Ivonne Ortega y Margarita Zavala.

A las adelantadas (Ivonne y Margarita) quiere Dios.

En los tiempos de mi general… No existía la palabra “adelantado”, no en el terreno de la política, y no en el de la sociedad. En especial porque se tenía un concepto de disciplina férreo, sin margen de acción y de maniobra. Era un tema de derechos y éstos estaban acotados. Así vivimos por décadas y los mexicanos llegamos incluso a forjarnos bajo esa tutela formativa que nos contuvo.

Esa disciplina frenó el ingenio, la creatividad, la imaginación y por ende el desarrollo democrático nacional. Fuimos una sociedad reprimida y sometida en muchos aspectos. Las generaciones que nos antecedieron cuentan historias que, sinceramente nos parecen crueles y abusivas, como la de la matanza de estudiantes en Tlatelolco. El Estado masacrando a civiles que se adelantaron a sus tiempos y exigieron se escuchara su voz y sus ideas. La cerrazón oficial tuvo su colofón y de esa forma, México nos mostró que estaba cambiando.

Y a medida que fue pasando el tiempo, la sociedad mexicana se fue expresando, sin miedos y sin “tapujos”. Con la llegada de Vicente Fox a la presidencia de México en el año 2000, el país rompió sus cánones; pasamos del dicho “el que se mueve no sale en la foto”, al dicho “el que no se mueve se pierde la foto”. Fox empezó su campaña a la presidencia desde que asumió la gubernatura del estado de Guanajuato en 1994. Este fenómeno social animó a la sociedad a participar con pasión durante el proceso electoral de ese año, dando como resultado, una vigorosa victoria del candidato del PAN, la primera en su historia, para la presidencia de Mèxico.

Enrique Peña Nieto y su equipo, empezaron a trabajar para ganar la presidencia del 2012, desde que asumió la gubernatura del estado de México, desde el 2005. Peña Nieto ganó la elección y es actualmente el presidente de México.

A partir de entonces, la sociedad ha dejado de tener límites al ejercer su derecho de libre expresión, a la par que han surgido decenas de políticos que en el pasado y en el presente hablan de sus aspiraciones políticas con naturalidad.

Un ejemplo vivo de lo dicho es Andrés Manuel López Obrador que incluso en el 2006, tras perder la elección se dijo ganador y rindió protesta para erigirse como el “Presidente Legítimo”, una figura ficticia que incluyó un gabinete presidencial también ficticio.

La democracia en México ha evolucionado. Los políticos están en permanente búsqueda del poder, y así se las ingenian para dar a conocer sus puntos de vista sobre el quehacer nacional.

En la actualidad dos mujeres han despertado el interés de la nación, una es Margarita Zavala y la otra es Ivonne Ortega. La primera militante del PAN y la segunda, del PRI. Ambas luchan por ser tomadas en consideración para la candidatura presidencial de su partido rumbo al 2018.

Ambas son “rebeldes”, aseguran. Sin embargo, ambas llenan un vacío en la credibilidad de sus partidos políticos. Un vacío que tiene que ver con la seria descomposición que sufren los partidos más poderosos del sistema, resultado del hartazgo de la ciudadanía, debido a la injusticia, la pobreza, la corrupción y la impunidad que ha dañado la confianza que una vez se tuvo en el Estado (Tres Poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial).

Margarita hace su lucha frente a un “establishmen” Anayista que hará hasta lo imposible para no dejarla pasar. Ivonne hace la propia desde el núcleo ciudadano, haciendo lo posible para despertar al pueblo y hacer que recobre la confianza en sí mismo, porque un pueblo que no confía en su Estado, está destinado a la desesperanza.

A ambas se les ha llamado las “adelantadas”. Margarita figura en la boleta imaginaria de la sociedad. Ivonne figura ya en la mente de muchos que desean que el PRI siga gobernando y lo haga con una mujer como primera vez en su historia. Ambas seducen a sus seguidores. Una tiene el temple de saber que tiene a su lado a su marido, el ex presidente de México, Felipe Calderón y la otra, sabe que su fortaleza está en su poder de convocatoria social.

Margarita ha enfrentado al líder nacional de su partido, al que le ha conminado en público, a definirse y dejar de jugar un doble juego. Margarita ha pegado a la pared a Anaya. Ivonne Ortega encara ya el llamado de su dirigente nacional, que le ha pedido públicamente, no adelantarse a los tiempos.

Tanto Ricardo Anaya como Enrique Ochoa, parecen no entender que la sociedad los ha rebasado. Que mientras ellos intentan “apaciguar los ánimos”, el pueblo ya quiere elecciones para hacer el cambio.

Es un hecho que si las elecciones fueran hoy, el PRI quedaría en tercer lugar, si juega con un candidato tradicional. El gran ganador sería López Obrador, o tal vez Margarita Zavala si la dejan pasar.

Pero si el PRI juega con Ivonne Ortega, entonces el escenario cambia radicalmente. Estudios recientes demuestran que la ex gobernadora de Yucatán, crece con cada día que pasa en contacto con la gente y con la prensa. Su forma de comunicarse conecta rápidamente con la sociedad mexicana. Al abordar diversos temas de interés nacional, capta la atención de millones de personas que interactúan en las redes sociales.

Ivonne Ortega es un fenómeno de la política – electoral.

Si el PRI le abre el espacio y la postula, la mujer sin duda será la primer mujer que sea Presidente de México. Porque ni Andrés Manuel podría detener a una mujer que no tiene nada que perder y todo que ganar. Que además tiene hambre de obtener una victoria. Ivonne Ortega está en plenitud, AMLO ya está cansado.

Vienen a mi mente, las palabras de Enrique Ochoa Reza dirigidas a los priístas como Ivonne Ortega que ya buscan de manera abierta la candidatura presidencial del tricolor para el 2018 – “Yo invito a que no anticipemos los tiempos, el partido tendrá oportunamente —atendiendo sus estatutos— las convocatorias correspondientes, y en cuestión de eso, habrá los procedimientos que se establezcan”, y solo puedo exclamar ¡no podría ser de otra manera!.

Ocho Reza está cumpliendo la tarea encomendada, sin oficio político para darle cabida a los nuevos tiempos, que él no ayudó a construir en el pasado. Ochoa Reza debió decir “el PRI es un partido que está cercano a la gente y cuenta con cuadros valiosos, vigorosos, que son activos y que servirán para que el tricolor recupere la confianza de los ciudadanos. Así como Ivonne, hay otros compañeros y no tengan duda, nos pondremos de acuerdo para enfrentar todos, unidos, el 2018 y así conseguir la victoria electoral”.

Una respuesta así, hubiera sido genial. Pero Ochoa Reza prefirió la rudeza. Típico.

La cosa se está calentando. Por acá estaremos pendientes de su temperatura.