Inicio Análisis político Alejandro López Munguía Las promesas que parecen mentiras

Las promesas que parecen mentiras

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Promesas de campaña se transforman en engaños duraderos.

I.- Los mexicanos vivimos la realidad con una asombrosa resignación que en verdad asusta. Durante la campaña el Candidato Andrés Manuel López Obrador hizo vibrar a millones de mexicanos que creyeron que al ganar, el país dejaría de ser lo injusto que es, y que el bienestar sería un acto de justicia inmediata.

II.- Nada más incierto que eso. El candidato de Morena obtuvo la victoria, aplastante por cierto, pero a partir de que fue declarado Presidente Electo, se ha encargado de proyectarnos un gobierno corto, limitado y sin capacidad de respuesta ante las demandas más sentidas de la población, una población que en su mayoría, le creyó todo.

III.- Que bajaría el precio de la gasolina, que la Reforma Energética iría para atrás, que también la Reforma Educativa, que los corruptos y saqueadores del Estado pagarían sus culpas con la cárcel, que nadie ganaría más que el Presidente, que la justicia llegaría a las familias de los jóvenes desaparecidos de la Normal de Ayotzinapa, etcétera.

IV.- López Obrador y su partido en el poder, nos auguran que nada de eso se cumplirá. Solo la voz de Gerardo Fernández Noroña nos alcanza a motivar cuando desde la Cámara de Diputados señala con vigor la tremenda injusticia que a pesar del cambio sigue vigente y actuante en el país.

V.- Los anuncios de los futuros gobernantes, incluyendo a AMLO, nos confunden. Desde el “haremos lo humanamente posible” de Olga Sánchez Cordero, hasta el “yo no me casé” de Obrador, nos hacen pensar en una nueva era de gobierno donde lo único importante es darle la vuelta al asunto y continuar por la senda trazada por el sistema al que juraron combatir hasta su aniquilación. Un vez cerró el día diciendo que el país era estable y amanecimos con su afirmación de que el país está “quebrado”.

VI.- El “no voy a cederle el uso de la palabra” de Porfirio Muñoz Ledo a Fernández Noroña, nos revela que el poder, con el PRI y sin el PRI, sigue teniendo la misma cara dura. Y sigue protegiéndose de forma tácita.

VII.- Con mucha atención he seguido las intervenciones de Noroña, señalando los grandes negocios de las transnacionales a costa de los recursos del país, la concentración de la riqueza en manos de unos cuantos millonarios y el gran saqueo a la nación por parte de grupos bautizados por el futuro número 1, como la Mafia en el Poder. Pero no le he escuchado a AMLO secundarlo. Confieso que es confuso, porque la congruencia es un traje en tono blanco, que no se tiñe de colores ni siquiera en ocasiones especiales.

IX.- Las promesas de AMLO no serán cumplidas tal como fueron presentadas al pueblo. A cambio habrá austeridad afirma, pero esa no baja la gasolina, ni las tarifas de la luz eléctrica, menos genera empleos al por mayor. La austeridad es buena para hacer rendir el recurso público con fijas limitaciones. Valdría la pena darle un escarmiento a los corruptos y hacer que reparen el daño a la nación. Sin embargo, esos parecen estar a salvo.

X.- Gobernadores que están siendo señalados como los grandes saqueadores del erario de sus estados, se miran complacidos al no estar en la mira de la justicia presente ni futura. AMLO ya debió señalarlos y anunciar su castigo severo, la cárcel y la reparación del daño. AMLO hizo promesas que movieron las almas y que motivaron el cambio. Sin embargo, nada de lo que prometió parece ser viable. El primero de julio pasado cambió todo pero finalmente todo sigue igual.

La neta del planeta.- La gente espera que su dinero rinda lo suficiente para sostener a su familia. No hay otro parámetro para medir la eficiencia del gobierno de AMLO. Porque de nada servirá la retórica de la austeridad, ni del combate a la corrupción, si la gente no tiene empleo, y lo que gana resulte insuficiente. Del ingreso familiar depende el éxito del futuro gobierno de López Obrador.