Inicio Análisis político Alejandro López Munguía Libertad Sindical, SÍ; Imposición y herencias, No. Caso Sindicato Isstey.

Libertad Sindical, SÍ; Imposición y herencias, No. Caso Sindicato Isstey.

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Libertad Sindical, el reto del nuevo milenio.

La consolidación de la democracia en México pasa por la elección libre de los dirigentes de todo sindicato. Y es que, la realidad urge a pisar el acelerador en este rubro, para vencer la tentación de la perpetuidad y la imposición. El ejemplo claro es lo que está pasando en el Sindicato del Isstey. Tras el fallecimiento del líder sindical, debe procederse a una elección interna para elegir al nuevo secretario General. Sin embargo, pretenden imponer a un sucesor, que en apariencia es el hijo del líder fallecido.

Un sector importantes de trabajadores se ha pronunciado por la elección directa y no avalan la imposición. Esta situación nos lleva a una reflexión precisa. Todo el que quiera ser Secretario General que levante la mano y compita abiertamente. No es lo mismo que llegue un nuevo líder por la vía de la imposición, aunque sea por acuerdos, a que llegue legitimado por el voto libre y secreto. Es un asunto de legitimidad y de limpieza democrática.

Si bien es cierto que existen líderes que han dejado huella por su forma eficiente de hacer las cosas, también es verdad que mantenerse en el cargo por largos periodos no es lo recomendable, pues con ellos se acentúan prácticas nocivas para la democracia.

La libre elección de un Secretario General no debe ser simulada. Debe de ser confiable, que genere certeza.

Los sindicatos en su gran mayoría, están sometidos al yugo de intereses privados y del poder político. Casi siempre las dirigencias sindicales están sometidos a los intereses de los Gobernadores y de la cúpula empresarial.

Ha llegado el tiempo de ejercer el derecho real de elegir a sus dirigentes sin presiones, sin  amenazas, sin medias verdades, sin opresión, sin coacción.

No solo es un asunto de la 4T, el tema es la democracia en los tiempos del hartazgo. Porque la sociedad ya no tiene tolerancia hacia la corrupción.

Cuando hay imposición, no hay democracia. Forzosamente debe haber competencia y debe existir método para elegir. a nuevos dirigentes.

El sindicalismo ya no es sinónimo de sometimiento, ni de empoderamiento de familias, o de clanes. No es sinónimo de mafia. Debe abrirse a la competencia con reglas claras y transparentes.

Ese es el reto. El hacer que la vida sindical se rija por la libertad de elección.