Desde tiempos inmemoriales, la oración es sinónimo de fe y amor hacia Dios. A diario, millones de personas entablan un diálogo con el Señor para sentir y reconfortarse con su presencia. Pero más allá de ese nexo que se busca mantener, la oración genera muchos más beneficios a las personas de los que creemos
Una de las prácticas esenciales que mantiene viva la relación con Dios es orar, es así como le manifestamos cómo nos sentimos y es la vía para las peticiones hacia él. Podemos hablar con Dios de diferentes maneras, pero hay oraciones muy especiales como la que podemos encontrar en www.oracionsangredecristo.online/, que fue creada con el fin de elevar plegarias para mejorar situaciones en el trabajo, con la familia, o todos aquellos episodios difíciles que debemos enfrentar y superar.
Pero orar constantemente va mucho más allá de conectarnos con la fe, es un acto que llena plenitud y amor a nuestras vidas y puede traernos muchos más beneficios de los que nos imaginamos.
Mejoras físicas y mentales
Muchos científicos han centrado estudios en el poder de la oración en el cuerpo humano, encontrándose con que aporta beneficios mentales y físicos en las personas.
Orar contribuye a evitar la pérdida de la memoria, puede ayudar a prevenir el Alzheimer o la demencia, así como el deterioro mental en general. Tiene incidencia en cuatro áreas del cerebro: corteza cingulada anterior, lóbulos parietal y frontal, y el sistema límbico.
Se han descubierto más de 40 efectos positivos de la oración que han sido probados científicamente, algunos son: alivio del dolor, menor riesgo de fallecimiento por derrame cerebral o ataque cardiaco, optimiza el sistema inmune y disminuye la probabilidad de padecer ansiedad o depresión.
El poder de curar
El poder de sanación de la oración es algo de lo que los devotos están seguros por convicción, sin embargo, por encima de la fe que los feligreses puedan tener están los científicos como, por ejemplo, Harold Koenig, de la Universidad de Duke, quien ha señalado que la oración es capaz de prevenir enfermedades y, si ocurren, contribuye a recuperaciones rápidas, basándose en los resultados de 125 estudios, de los cuales 85 demostraron que aquellas personas que son más religiosas tienen una vida más larga.
De igual forma, Koenig, quien es el director del Centro Duke para la Espiritualidad, la Teología y la Salud, ha mencionado que quienes oran más tienen una mejor salud mental, así como puede significar mejoras en pacientes con problemas auditivos y visuales, esto último haciendo alusión a una investigación publicada por el Southern Medical Journal, que así lo demostró.
En cuanto a los estados de ánimo, indicó que quien dedica un tiempo regular a la oración desarrolla una capacidad de lidiar mejor con el estrés, teniendo como resultado una mayor sensación de bienestar. Son personas más optimistas, menos deprimidas, lo cual tiene como resultado un menor riesgo a incurrir en actos perjudiciales como el suicidio.
Mayor esperanza de vida
Pero no sólo han sido estas investigaciones las que han llegado a estos resultados. Son muchos los estudios que están relacionados con patologías diferentes en las que la oración puede ser un elemento de sanación.
En 2006 en la Universidad de Texas se hicieron estudios que también concluyeron que ser más religioso puede prolongar la vida, de hecho se calcula en un promedio de siete años la diferencia en la esperanza de vida entre quienes asisten a la iglesia semanalmente y quienes no lo hacen.
También están las conclusiones a las que llegó la Sociedad Americana de Hipertensión en ese mismo año, que demostró que los devotos mantienen niveles de presión arterial más baja que quienes no son feligreses.
Una oración emblemática
A primera hora de la mañana siempre es mejor momento para establecer ese diálogo con Dios. Como mencionamos arriba, la oración Sangre de Cristo es una de las ideales porque tiene un significado profundo, ya que va orientada hacia la protección y aporta la fortaleza necesaria para afrontar las situaciones difíciles.