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Los cineastas siempre sortearemos la falta de presupuesto: Izrael Moreno

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Afirma que el obstáculo es la falta de espacios para exhibir cine nacional

Por Jorge Rivas Navarro

México, 6 Jul (Notimex).- En México hay cine de calidad pero el problema para los realizadores son los espacios de exhibición, situación que se agudizará porque con el nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, a las salas nacionales únicamente se les impone una cuota de incluir, en su programación, el 10 por ciento de cine local.

En entrevista con Notimex, el director y productor Izrael Moreno, ganador del Ariel a la mejor película en 2013 por El Premio, dijo lo anterior y ejemplificó: si los cineastas mexicanos hacen más de 150 producciones por año, solo podrán llegar a las salas entre 20 o 30 por ciento y la duda es dónde quedará el resto.

El también director de la Facultad de Cine dijo que el problema son los espacios para exhibición, por lo que una opción que ya se explora a “nivel orgánico” es implementar salas de cine alternativo. Esto, agregó, está funcionando porque quienes lo hacen también son del medio cinematográfico.

“Hacen una buena curaduría, tienen buenos productores, por lo que está funcionando como lo muestra el Cine Tonalá, la Casa del Cine, Cinemanía y otros que están haciendo cine alternativo y que nos están dejando poner nuestras películas ahí”, explicó.

Por ello, agregó, “creo que el futuro es tener más salas de cine alternativo, porque no hay una desesperanza en hacer cine, siempre vamos a existir porque los productores y creadores vamos a sortear la falta de presupuesto como siempre lo hemos hecho”.

Respecto a su película El Premio comentó que es la historia de una niña que con su madre se refugian en las playas de Argentina en los años 70 durante la dictadura; la madre y el padre eran artistas, eran pintores y profesores de escuela.

Los tres se exilian dentro de la propia Argentina y se escapan de la ciudad donde vivían para no ser capturados por el Ejército; la niña, durante la primaria, entra a un concurso militar y empieza a contar su vida sin darse cuenta.

Al ver esta situación, la madre le solicita a la maestra que le permita a su hija volver a presentar su trabajo y la madre le pide a la niña decir todo lo contrario de lo que había escrito anteriormente; así gana el premio de los militares.

Respecto a su pasión por el séptimo arte, Izrael Moreno comentó que a los 12 años de edad decidió que él quería ser escritor y se inclinó por la poesía, porque le gustaban las composiciones musicales. Uno de sus tíos lo acercó con María Alicia Martínez Medrano, del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena de México.

Expuso que ahí encontró su refugio y salvación porque estudió dramaturgia, dirección de teatro y cursó una carrera de cuatro años, ya que le apasionaba escribir personajes, diálogos, y es una de las actividades que no ha dejado de realizar, además de ser docente.

Comentó que su maestra María Alicia decía que “a través del teatro se podía salvar a la gente, y es un ejemplo que yo sigo en la Facultad de Cine y en las cosas que yo hago, porque además de ejercer el oficio artístico hay que ser buenas personas, tratar de ayudar al más débil”.

“El conocimiento es un lugar único y hermoso, pero también cuando no tienes la herramientas se vuelve peligroso, porque se puede hacer mucho daño con el conocimiento, hacer guerras y armas nucleares”, mencionó.

Moreno enfatizó que después del teatro estudió cine; se fue a radicar a Estados Unidos y empezó a hacer su carrera de cineasta y le fue bien porque formó su propia casa productora en la Unión Americana, pero no hacía cine sino publicidad, videos musicales y productos para empresas.

Sin embargo, relató, tenía mucho coraje de estar haciendo ese tipo de cosas y actividades, que “si bien me ayudaban a pagar la renta, no era feliz y por ello regresé a México y estuve prácticamente un año sin hacer nada; después gané la beca de jóvenes creadores y empecé a dar clases.

“Entonces surgió mi espíritu docente y aunque las escuelas de cine se convirtieron en un boom, detecté las necesidades de otro tipo de instituciones y surge así la Facultad de Cine, donde se enseña a hacer cine”.

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