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Los ciudadanos también somos responsables de la corrupción

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Uno de los grandes temas pendientes en nuestro país es la corrupción. Lamentablemente este fenómeno tiene raíces muy profundas en la sociedad mexicana. No es exclusivo de la clase política los responsables de cometer actos corruptos, sino que hasta cierto punto hay una corresponsabilidad con los ciudadanos que aún sabiendo que determinados actos están contra la ley, es más fácil torcerlos para satisfacer una necesidad.

Es el caso de emisión y control de determinados documentos que deberían cumplir, con su naturaleza, con ciertas características y estar bajo la jurisdicción de la autoridad, pero que muchos saben en dónde y cuánto cuesta falsificarlos y saltar con ello los procedimientos y requisitos que posiblemente no se puedan cumplir.

Desde actas de nacimientos, licencias de automovilistas y chóferes, cartillas del servicio militar, cédulas profesionales y otros más son parte de un mercado que está activo a plenas luces del día, lo que nos podría conducir a la conclusión que hay complicidad con las autoridades responsables que se hacen literalmente “la vista gorda” para dejar pasarlos.

Un gran acierto es la digitalización de algunos trámites y emisión de documentos que cierran la posibilidad de transacciones en los oscurito. Sin embargo, aún hay muchos que ya fueron emitidos y están en circulación poniendo en peligro la certidumbre y la certeza no solo jurídica, sino también, la integridad de procesos sociales y de la vida misma.

Tal es el caso de las cédulas profesionales apócrifas. Recordemos que en la película “Presunto culpable” el caso de Toño se logra abrir por acreditar los abogados que el defensor había presentado una copia supuestamente certificada por notario de un cédula que no existía. Por lo tanto, se le había dejado al joven protagonista de este filme en completo estado de indefensión ya que no es posible establecer que el abogado tenía certificados, por la emisión del título profesional correspondiente, los conocimientos y habilidades necesarios para el ejercicio de la abogacía.

Por ello se vuelve sumamente importante contar con la capacidad de acceder a una fuente de datos actualizada y pertinente para validar los números de cédula profesional. En las entrevistas de empleo es muy fácil engañar en primera instancia con documentación falsa. Si el entrevistador no tiene un pleno conocimiento y habilidad para encontrar la pista del engaño, entonces queda a merced de un estafador.

Aquí te sugerimos como puedes combatir la corrupción, por lo menos en la verificación real de la validez de un cédula profesional. En esta web la explicación para consultar la cedula profesional por nombre por lo cual resultará de gran utilidad para irle cerrando el paso a quienes pretenden aprovechar de la ingenuidad de las personas.

Recordemos algo que hemos afirmado en otras ocasiones. La corrupción no sólo se trata de dineros en actos de autoridad o gubernamentales.

La corrupción es torcer la ley, no ser probos, no ser honestos. Tanto es corrupto el político que se aprovecha de su puesto para el dispendio del recurso públicos, como lo es el ciudadano, que de manera consciente, trata de encontrar los caminos torcidos de la ley para su propio beneficio. Si no lo entendemos así, estamos condenando nuestro futuro social a seguir padeciendo de la corrupción como un problema estructural.