La noticias están en las redes sociales. Y la situación del país se discute en ellas. Luego entonces hay que dar paso a la deliberación, más que al debate, para dar paso a la razón. Comparto una reflexión.
Las redes sociales son poderosas. Sí, eso es más que una aseveración. Son los espacios donde todos, todos, expresan lo que piensan, de forma libre y sin censura. Así es el México de hoy.
Ante esta situación, me viene a la mente, el papel de la prensa. Que es la que sale ganando. Porque mide el pulso de las cosas. Y claro, todos los medios, todos, desarrollan su agenda editorial. Que puede o no coincidir con la opinión de los demás, o sí. Todo depende de los intereses.
En las redes sociales existe un gran fenómeno que no debiera espantarnos, pero sí ocuparnos. Hay una porción de población que si no encuentra coincidencia con los medios, los agrede. El insulto acompaña sus protestas. Si los cuestionas, estas coartando su libertad de expresión, afirman. Lo que me lleva a valorar lo peligroso del asunto. No es bueno manejar dos polos de discusión: o conmigo, o en mi contra. Eso es de retrógradas.
Si no coincidimos inicialmente, demos paso a la deliberación, que no debate. Porque se trata de ser responsables y por ende, dar paso a la razón, para llegar a una conclusión. Argumentos e ideas y propuestas. Pero no, el caso es pelear, buscan la confrontación mediante la agresividad, el insulto y la descalificación. O sea, buscan la provocación propia de la agitación.
La pregunta que me asalta es ¿y qué debo hacer cuando un lector me agrede, me insulta y me descalifica por no coincidir conmigo?. La respuesta es simple y tiene que ver con la siguiente afirmación: “Tu derecho a expresarte libremente hacia mi con agresiones, insultos y descalificaciones termina, donde empieza el mio a no permitirlo”.
Me dicen desvergonzadamente “eres periodista y debes dar el ejemplo”, como si dar el ejemplo significara “poner la otra mejilla”. Esto no es religión, aunque ellos actúan con fanatismo; esto es: política.
Y en la política hay civilidad. Sin ella no hay política que valga.
La postura es firme: no se razona con los que actúan por consigna. Hacerlo es perder el tiempo, porque ellos marcan la pauta al conducirse sin raciocinio.
Luego entonces, se pierde el sentido de la valía.
Considero que en las redes sociales, como en la vida diaria, es necesario dar paso a la deliberación, que implica valorar los pros y los contras de toda situación. No me pronuncio por el debate, porque en los momentos álgidos que vivimos solo aviva el fuego que México no necesita.
Es mi postura y la comparto, con el ánimo de ayudar a nuestro país, que se proyecta en cada región, en cada estado, en cada municipio, en cada localidad de su territorio.
Precisando: Deliberar es considerar pros y contras de una situación para tomar la mejor decisión. Debate es confrontar ideas opuestas.
