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Más que buenos deseos o sobre la realidad del 2019

Lo esperado, ha ocurrido. Estamos ya en el 2019, un año nuevo inicia, con las consecuentes felicitaciones por doquier. Las cosas viejas pasaron, pero realmente ¿sus consecuencias también? Si nuestra psique no cambia, persistiendo en el interior las emociones negativas, tales como ira, envidia, odio, deseo de venganza, codicia, vanagloria, entre otras, la realidad es, que aunque sea un nuevo año en cuestión cronológica va a permanecer relativamente igual, y no sólo ello, incluso peor, pues cada quien siembra lo que cosecha.

Si bien no habitamos en un lecho de rosas, siendo el mundo un lugar plagado de violencia, y malas prácticas los unos contra los otros, los que amamos a Jesús, debemos marcar la diferencia, ser luz en la oscuridad, y no sólo de palabra, sino de hecho, pues la fe sin obras es muerta. Lejos de lo que muchas falsas profecías parecen señalar con algarabía, tipo: “El 2019 será un año maravilloso, espectacular, pacífico y próspero”, las escrituras señalan lo contrario, y aunque las personas de fe estamos protegidas por una bendición especial sobre nuestras vidas y familias, yo creo en lo personal, que el 2019 no será el mejor año para el mundo.

Creo que habrá un gran sismo que afectará a Estados Unidos y tendrá réplica en México, que acontecerá una guerra entre Estados Unidos y aliados rusos, que si bien, no será la tercera guerra mundial, si será su antesala. Creo también que se engañará a la caravana de inmigrantes para que con argumentos falsos ellos solos se entreguen a las autoridades estadounidenses, y una vez hecho, serán deportados, no cumpliéndoles las promesas que los atrajeron hacia ellos inicialmente. Asimismo, creo que existirá un colapso económico a nivel mundial, así como de liderazgo y religioso, lo que originará que se busque “una moneda, líder y religión únicas”, con el estandarte de lograr al fin la “paz y seguridad mundial”, pero ello, preparará la venida del anticristo, pues escrito está que precisamente estas condiciones son las que serán parte de su ascenso y engañará a todos para lograr sus fines unificadores, primero en torno a lo que aparenta ser noble y urgente, la paz y la seguridad mundiales, pero después de tres años y medio de gobierno, siendo uno de diez líderes mundiales (diez cuernos apocalípticos), tornará todo ese poder y lo volcará hacia sí mismo, exigiendo ser adorado por las masas, utilizando para ello, entre otras cosas, un chip implantado en la mano o la frente, con la finalidad de suplantar al Dios verdadero, cuya encarnación en esta tierra fue Jesús, Dios hecho hombre.

De igual forma, acontecerá un “rapto” donde los cristianos verdaderos del mundo serán sacados del planeta, por Jesús quien vendrá entre las nubes, atribuyéndole las personas que no hayan sido arrebatadas, la causa de este suceso a los “extraterrestres”. Mucho de lo antes expuesto, parecería propio de una película de Hollywood, pero la realidad muchas veces supera la ficción y escrito está en la Biblia que nada “mejorará” sino que irá para el mundo, de mal en peor. Lo anterior es un resumen de múltiples teólogos, estudiosos serios de la Biblia, que además son académicos y científicos.

Parecería una locura, pero en un mundo que ya lo está, sólo se ve una sola salida: aceptar a Jesús en el corazón, orar, clamar, unirnos en ayuda genuina y servicio a los demás, mientras todo esto acontece, pero no ignorando que ello habrá de ocurrir. Así que, más que buenos deseos en este 2019, deseo que tanto tú como tu familia, tengan un encuentro personal con Jesús, no con una religión determinada, que lean y apliquen su Biblia en sus vidas cotidianas, lo cual les llenará de gran sabiduría y de una paz sobrenatural que sobrepasa todo humano entendimiento, que Dios los colme de mucho amor, fortaleza y misericordia para mantenerse unidos y ayudar a los que sufren, así como también les dote de mucho discernimiento para tomar las decisiones correctas, que los conduzcan a la vida eterna y no al disfrute mal habido de riquezas o poder temporales, que dicho sea de paso, no dejan ni dormir ni vivir en paz a quien ha cedido a ellos.

La verdadera recompensa se encuentra en el cielo, y todos al morir, constatarán que Jesús siempre dijo la verdad y que la Biblia tenía razón. ¿Qué nos queda? Disfrutar del fruto de nuestro trabajo, compartir el pan, hacer el bien sin mirar a quien, dedicarnos a lo que fuimos creados, y ser más como Jesús y menos como nosotros mismos cada día, ¿en qué sentido?, en el carácter sabio, humilde, piadoso, compasivo. Aunque un punto es fundamental, a Jesús no le tembló la mano al confrontar lo que estaba mal, llamándoles hipócritas, camada de víboras, mercaderes de la fe, entre otros no honrosas denominaciones, a quienes bien se las merecían. Sin embargo, también supo callar, perdonar y exclamar al Padre: “Perdónalos porque no saben lo que hacen”, es decir, son necios que actúan mal por ignorancia, y se dañan a sí mismos en realidad, pues al morir, darán cuentas, sin excepción.

En sintonía con ello, es preferible pedir la ayuda de Dios en todas nuestras decisiones de vida, estando en sintonía con nuestro Padre y sin humanos que funjan como intermediarios, tal y como Jesús hizo. Él, simplemente se apartaba para orar, enseñaba la Biblia, y la vivía cada día. Mi amado Jesús, ya pronto te veremos, exclaman millones de corazones transformados por el poder del Espíritu Santo, ese que no se ve ni se entiende, pero se siente y se vive, siendo sus frutos plenamente evidentes para todos los que se relacionan con un cristiano de verdad, ya que no es poder humano, sino divino, el que siempre nos acompaña, libra de todo mal y bendice a cada instante, pese a cualquier circunstancia negativa que en el mundo pueda ocurrir… y ocurrirá.

 

Atte.

Deya Álvarez Villajuana.

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