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Mensaje de la Arquidiócesis de Yucatán con motivo del proceso electoral 2018

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A todos los sacerdotes, diáconos, miembros de la Vida Consagrada, seminaristas, laicos y a todas las personas de buena voluntad: ¡Pax!

Queridos hermanos y amigos, les saludamos con afecto y les deseamos todo bien en Cristo nuestro Señor.

Se acerca ya la fecha en la que todos los mexicanos y mexicanas mayores de 18 años seremos convocados a las urnas para elegir a nuestro próximo Presidente de la República. Además aquí en Yucatán, lo mismo que en varios estados, nos toca también elegir a nuestro próximo Gobernador, así como a los Presidentes Municipales de todos y cada uno de nuestros municipios.

A los miembros de nuestra Iglesia mayores de edad les recordamos que es un deber cristiano, porque es un deber ciudadano, el emitir nuestro voto. Ojalá que nadie se abstenga de participar y que los jóvenes también participen, pues su voto puede hacer la diferencia. A la gente de buena voluntad les invitamos igualmente a cumplir con este deber cívico.

En nuestra Arquidiócesis se difundió el llamado “Círculo de la Democracia”, un material de estudio sobre el tema político que en varias parroquias se pudo aprovechar. También enviamos a los sacerdotes las orientaciones que venían de la Conferencia del Episcopado Mexicano para la participación en este proceso electoral. En el mismo sentido enviamos el aporte de la Acción Católica Mexicana y del Laicado Organizado en México.

Insistiendo todavía en algunas orientaciones, les recordamos que la Iglesia, como madre de todos los católicos, no se expresa a favor de ningún partido o candidato; y que los ministros de culto, aunque tengamos nuestra propia opción personal, debemos guardarla en el silencio del corazón donde no se divida a las comunidades, ya que cada pastor debe servir a la unidad del rebaño y nuestra opción sólo debe expresarse en el secreto de la casilla que nos corresponda a cada uno el primero de julio.

Les invitamos a que ningún ministro acepte en este período regalos ni beneficios de ninguna clase en favor de la Iglesia o de su persona, de parte de los candidatos o partidos; y que si alguien indebidamente lo hubiera hecho, no muestre una inclinación en favor de nadie, sino sólo a favor de la unidad, recordando la ley civil y la ley eclesiástica al respecto.

Recordemos todos que, a la hora de estar solos frente a la boleta de elección, estaremos solamente frente a Dios y frente a nuestra conciencia buscando el bien de México, el de Yucatán y el de cada municipio, no el bien ni el interés personal o familiar.

Los católicos hemos de procurar un gobernante que respete y haga respetar la vida humana en el vientre materno; de igual modo que respete y haga respetar la vida humana en todas sus etapas, hasta el último momento de la muerte natural. Un gobernante que garantice la paz y la seguridad en todos los espacios de la sociedad, la familia, la escuela, los barrios, los centros laborales y las calles. Un gobernante que gobierne para todos, pero que lleve siempre en el corazón a los más necesitados de nuestra Patria, Estado y Municipio. El bien y el desarrollo de los pobres redunda en el bien de todos.

Este proceso de elecciones ha estado caracterizado por la violencia y la muerte de muchas personas entre candidatos y otros políticos. El apasionamiento en favor de algún partido es natural, pero es preciso controlarlo para evitar consecuencias negativas en otros campos que son superiores, como la convivencia familiar, la amistad y la buena vecindad. Pedimos a Dios que después del primero de julio ninguna familia se rompa, nadie se aleje de algún familiar, nadie se aleje de algún amigo y que todos continúen en buena vecindad y compañerismo. No se diga dentro de las comunidades de la Iglesia, donde debe darse el mejor testimonio de comunión.

Desde ahora hagamos oración por las personas quienes, Dios ya lo sabe, resultarán electas el primero de julio. Oremos por nuestra Patria, para que sea cual fuera el resultado, nos mantengamos en paz, armonía, y se logre un desarrollo integral para todos y cada uno de los habitantes de esta tierra.

Así podemos orar juntos cada domingo de junio al final de la Misa dominical:

         Oración para el Proceso Electoral 2018

Dios Uno y Trino, invocamos tu asistencia amorosa a favor de nuestra nación en este año que ejerceremos nuestra responsabilidad ciudadana como una expresión de compromiso y participación en la construcción de nuestra Patria.

Padre eterno y bondadoso, ayúdanos a discernir con tu sabiduría para elegir a aquellos ciudadanos que puedan ejercer las funciones de gobierno con conocimiento, sensibilidad, competencia, honestidad y que sean constructores de la paz y la reconciliación.

Hijo único del Padre, que te encarnaste y asumiste un contexto histórico, en medio del pueblo de Israel, que tu ejemplo nos comprometa con nuestro propio pueblo para que ofrezcamos nuestra aportación constante en la participación y el compromiso ciudadano.

Espíritu Santo, fuente del amor del Padre y del Hijo, ilumina nuestra mente e inspira nuestros afectos, para que todos los habitantes de México seamos corresponsables y construyamos una nación donde reine el diálogo, la verdad, la justicia y la paz, que nos haga merecedores de la Patria del Cielo.

Todo esto, Dios Uno y Trino, lo suplicamos amparándonos en la intercesión maternal de Santa María de Guadalupe, Madre de todos los mexicanos, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Pedimos a todos los sacerdotes y diáconos que esta circular sea leía en cada una de las Misas que se celebren este sábado 2 y domingo 3 de junio. Enviamos a todos nuestra bendición pastoral.

Dado en el Arzobispado de Yucatán a los 30 días del mes de mayo, del Año del Señor de 2018.

+ Gustavo Rodríguez Vega
Arzobispo de Yucatán. 

 + Pedro Sergio de Jesús Mena Díaz
Obispo Auxiliar de Yucatán.