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Merecemos Más

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No hay duda alguna, en la vida siempre tendremos dos caminos; el primero, el conformismo, ese que se caracteriza por vivir de las glorias pasadas, y el segundo, el progreso, caracterizado por las glorias que vendrán.

Hoy, a nivel nacional vivimos un momento crítico, hay una enorme crisis política causada por los gobernadores que han defraudado a sus estados, e incluso, podemos añadir al presidente de la república, el cual deja mucho que desear.

Por si esto fuera poco, también atravesamos una crisis social motivada por la incertidumbre que nos provoca nuestros gobernantes, aunado a la indiferencia y apatía de la sociedad misma. Ante este panorama nada favorecedor, solo nos queda una opción, actuar. Sí, participar en la vida política de nuestro país, pues más que un lujo, es una necesidad, ya que es la realidad en la cual vivimos, y no podemos ser ajena a ella.

Es cierto, algunas cosas se han hecho bien, y aquí tenemos la disyuntiva, podemos optar por la primera decisión, conformarnos con que las cosas salgan bien, a secas. O, trabajar para que las acciones que emprendamos salgan mejor, y esto es a lo que yo le apuesto.

Como sociedad ya vivimos mucho tiempo en el conformismo, decidimos que es mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer, pero es momento de ir al siguiente nivel, ese que nos acerca a la gloria, al progreso, donde siempre hemos pertenecido. En ese lugar donde podamos vivir como queremos vivir, y no como nos dicen que debemos vivir.

El camino no será sencillo, y una sola persona no puede vencer todos los obstáculos, pero un grupo de personas sí puede. Entonces debemos todos avanzar juntos para vencer las tempestades que nos asalten en el camino. Recordemos las palabras de Facundo Cabral y Alberto Cortez, “Para vivir mejor, hay que ser mejor”, y nosotros queremos vivir mejor.

Lo anterior implica no hundirnos en el conformismo, no apostarle a lo mismo, sino impulsar a la alternativa que nos permita vivir digna y libremente, que pueda garantizar una lucha y un trabajo incesante que pueda proveer de seguridad para la vejez y un futuro para la juventud.

Nosotros, viviendo en un país, un estado democrático y en una sociedad que piensa libremente, no merecemos un candidato de segunda que le apueste a las glorias del pasado que él no conquistó, no merecemos un candidato que coseche los frutos de las semillas que él no sembró. No merecemos a los políticos de siempre.

Meremos un candidato que contra la adversidad haya salido airoso, un candidato que coseche los frutos de sus semillas, que pueda decir orgullosamente “yo trabajé y trabajé bien”, que haya desempeñado con gran éxito sus cargos anteriores y que la gente le reconozca su labor, pero más que un candidato, merecemos una persona que pueda percibir el sentir ciudadano, que todavía tenga la capacidad de enamorarse cada vez más de Yucatán.

Merecemos más, el conformismo no es una opción, el progreso sí lo es, y debemos identificar quien es la persona que puede garantizarnos ese camino, no para seguirlo como ovejas, sino para apoyar esa gran causa que busca un bien superior, un bien que trasciende fines personales para darle paso al bienestar general que nos permita vivir mejor escuchando todas las voces de Yucatán.

Meremos más de lo que ya tenemos.