En momentos posteriores a la detención de Elba Esther Gordillo, confirmando lo que miles de mexicanos han creido sobre la sospecha de la forturna de la presidenta vitalicia del SNTE, la senadora del PANAL, Mónica Arriola, que es hija de la detenida afirmó que no declararía por tratarse de un asunto familiar.
Se equivoca gravemente la senadora, que en una justa dimensión de lo que está pasando, debería renunciar a su cargo. El dato es contundente: EL DINERO DESVIADO ERAN DE LAS CUOTAS RETENIDAS A LOS TRABAJADORES A FAVOR DEL SINDICATO.
En otras palabras, lo que hizo, y está contundentemente evidenciado en hechos por la Unidad de Inteligencia Financiera de la SCHP, fue ROBAR a los agremiados, a los maestros. Tomó Elba Esther el dinero, por medio de triangulación de cuentas – por lo que se configura delincuencia organizada – para comprar bienes inmobiliarios, obras de arte, ropa de lujo y cirugías plásticas a favor de la dirigente magisterial. Se hizo de ajeno, sin derecho para su propio beneficio.
Entonces ¿A qué interés debe representar la senadora Mónica Arriola si es que se dice una representante popular surgida de los maestros?
Es claro que tiene una responsabilidad de asumir una postura que condene el despilfarro, el dispendio, la malversación de fondos que deberían estar para la atención de los agremiados. Su silencio confeso es caer en la complicidad aprovechándose de su investidura, dejando a un lado el interés público tutelado que ha sido dañado por la ambición de poder de su madre.
Se entiende que es hija. una posición difícil… pero la congruencia personal debe imperar para darle dignidad a su persona, por que el problema trasciende a su familia particular.
Pero parece que a la hija lo que menos le importa es darle honor a su investidura como representante popular, ni ante el gremio del cual surgió el PANAL:
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