Inicio Análisis político Enrique Vidales Ripoll Mover a México: visión de cambio en bien del desarrollo de México

Mover a México: visión de cambio en bien del desarrollo de México

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En los últimos 50 años, después de la presidencia de Lázaro Cárdenas, México ha transitado por dos etapas significativas. Desde la década de los 70s y 80s con las crisis económicas recurrentes que danto dañaron el poder adquisitivo ; para después, transitar por una etapa de contención en la década de los 90s y los primeros años del presente siglo. En esta última había que instrumentar las acciones y medidas para corregir el deterioro económico heredado, y que con el mundo global, evitar que las rachas económicas externas influyeran empeorando las crisis económicas internas.

Hay que reconocer que se ha podido avanzar en el tema. Las recientes crisis económicas mundiales han podido contenerse su afectación en la economía nacional, aunque tampoco ha significado que el poder adquisitivo del mexicano se recupere notoriamente.

Hoy México tiene que dar un nuevo paso hacia adelante, el proceso propio de evolución social, político y económico. Se tiene que adoptar una visión de cambio que transforme el conformismo, que como vicio influye en la psique social del mexicano, donde la mediocridad y la conservación del status quo son los inhibidores para los cambios que nos necesarios para el país.

Por lo menos hay consenso en el país de que no podemos ya quedarnos atrás de otros países, aunque las inercias de una generación joven vive en la contradicción de apoyar cambios, cuando por aprendizaje se ha incrustado la idea de que no es posible cambiar y evolucionar.

Veamos el caso de los maestros de Guerrero y de Oaxaca que se oponen a mejorar la calidad en la educación, modernizar la evaluación educativa que permite tomar las mejores decisiones para el bien del sistema educativo, garantizando los derechos laborales y los principios que han caracterizado a la educación en México: universalidad, cobertura y gratuidad.

La sociedad, en términos generales, han condenado este movimiento que no tiene pies ni cabeza, carente de una ideología, objetivos y metas específicas que demuestren que si hay un compromiso a favor de la sociedad. Es claro que la manipulación de las medias mentiras y las medias verdades es la herramienta del convencimiento y argumento para defender lo indefendible.

Por ello, el gobierno tiene que ser bastante preciso en las acciones que debe emprender para respetar lo que los mexicanos, en su mayoría decidimos, y hasta el derecho de una minoría que se opone en su derecho de manifestarse. Pero no puede caer en el juego de las sinrazones e irracionalidades de la minoría que sólo ven propios intereses. Se tiene que avanzar en los retos que satisfagan nuestras necesidades.

México tiene que avanzar. Es mover a México. Darle un sentido al desarrollo económico, social y polìtico. Desde la presidencia, dirigencias nacionales de partidos polìticos, y en el caso específico del gobierno de la entidad, nos demuestran con sus acciones que asi lo han entendido, y por ello, procuran que las decisiones que toman se dirigan a consolidar ese esfuerzo.