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Nada es casualidad

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Carlos Salinas de Gortari después de asumir la presidencia bajo acusaciones de fraude electoral, debía, de alguna forma u otra, legitimar su mandato, entonces el 10 de enero de 1989 mandó arrestar a Joaquín Hernández Galicia alias “La Quina”, que era entonces el líder del sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, acusándolo de acopio de armas y asesinato en primer grado.

Podemos inferir que la acción tomada se debió, más bien, por venganza, pues “La Quina” cometió tres errores; apoyar a Cuauhtémoc Cárdenas para las elecciones de 1988, patrocinar el libro “¿Un asesino en Palacio?”, en donde se relataba que alguno de los hermanos Salinas de Gortari le había disparado a una empleada doméstica con un rifle, y, por último, su oposición a las políticas de privatización del gobierno priista. Todo dio como consecuencia que Joaquín Hernández Galicia fuere sentenciado a 35 años de prisión, sin embargo, fue amnistiado en 1997.

El 26 de febrero del 2013, a 88 días del inicio del sexenio Peñista, Elba Esther Gordillo estaba siendo arrestada, cualquier persona que leía las noticias en ese momento pudo haber pensado que era un gran avance para el combate a la corrupción, pero, quien analizaba detenidamente las notas podía notar que era, más bien, un ajuste de cuentas político. La historia se repetía, Elba Esther era la “Quina” de Peña.

A la ex lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación se le acusaba de crimen organizado, lavado de dinero, defraudación fiscal, y de operación con recursos de procedencia ilícita, es decir, delitos por los cuales cualquier otra persona pasaría el resto de su vida en la cárcel, sin embargo, las verdaderas razones por las cuales Elba Esther fue aprehendida era porque cometió varios errores; romper la alianza con Enrique Peña Nieto para las elecciones del 2012, enfrentarse directamente con el susodicho al intentar imponer su dominio, y, rechazar la reforma educativa.

Hoy, 4 años después, sabemos que Elba Esther no es cualquier persona pues ganó el amparo para obtener la prisión domiciliaria, debido a que la Procuraduría General de la República desistió a la apelación que interpuso contra un tribunal federal que le autorizaba a la ex lideresa cumplir su sentencia en su domicilio.

Lo curioso es que el desistimiento ocurrió horas después que la dirigencia del Partido Nueva Alianza (PANAL), partido fundado por la ex lideresa del SNTE, hiciera público que apoyará a José Antonio Meade, precandidato a la presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional.

Ya sabemos que Gordillo aprendió de sus errores, y nosotros aprendimos que, en México, el peso de la ley cae únicamente sobre los enemigos del gobernante en turno