La Cámara de Diputados exhortó a la Comisión Federal de Electricidad a tomar medidas necesarias para mitigar la emisión de gases por la generación de energía eléctrica de la Central Termoeléctrica de Lerma en Campeche, mediante la participación creciente de las energías limpias, y retome el programa de desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional, salvaguardando los derechos de trabajadores pertenecientes a esa planta.
A las secretarías de Salud y de Medio Ambiente y Recursos Naturales, les pidió elaborar un estudio para determinar el grado de afectación a la salud humana y al medio ambiente, implementando programas para el cuidado y protección de habitantes, estudiantes, pescadores y demás personas que realizan sus actividades en el poblado de Lerma y zonas aledañas.
Al presentar el punto de acuerdo de urgente resolución, la diputada Adriana del Pilar Ortiz Lanz (PRI) expresó que la central termoeléctrica denominada de tipo convencional de Lerma, Campeche, se instaló en 1976, con la finalidad de abastecer de energía suficiente a esa entidad y a Quintana Roo; en su momento cumplió con la función, pero con el paso de los años no solo perdió la capacidad para generar electricidad, sino quedó obsoleta.
Se le clasificó como altamente contaminante, ya que funciona con combustibles fósiles, en específico combustóleo, de acuerdo con un estudio realizado por la Comisión para la Cooperación Ambiental de América del Norte, cuyo fin, entre otros, es evaluar emisiones de sustancias contaminantes a la atmósfera.
Dicho estudio determinó que los niveles de emisión del dióxido de carbono, dióxido de azufre, dióxidos de nitrógeno de la central termoeléctrica de Lerma, son considerablemente más altos que los estándares normales, destacando el de azufre, tres veces mayor al rango permitido.
Ortiz Lanz mencionó que esa situación no solo tiene efectos graves al medio ambiente, como la lluvia ácida y la erosión y salinización de la zona costera, que en el caso de la salud, las afectaciones comprenden inflamación de vías respiratorias, edema pulmonar, colapso circulatorio, bajo rendimiento mental, afectaciones cardiacas, daño en la retina, entre otras.
En los posicionamientos, el diputado Abel Cruz Hernández (PES) señaló que es fundamental que la Secretaría de Energía también coordine las medidas para el cuidado y protección de quienes realizan sus actividades en Lerma y zonas aledañas y que se ven afectados por emisiones dañinas.
Hay que garantizar la salud de las personas y la conservación del medio ambiente. “No se deberá dar uso electorero a la atención de la salud de los habitantes que viven alrededor de esta termoeléctrica”, apuntó.
Germán Ernesto Ralis Cumplido, diputado de MC, resaltó que en el año 2010 la Profepa opinó que era necesario que la planta se ubicara en otro sitio, por el daño que causaba al encontrarse en un área altamente poblada, mientras que desde 2012 era presumible la clausura definitiva de la termoeléctrica; seis años después, la afectación medioambiental y la salud de los habitantes sigue latente.
El tema requiere de un trabajo conjunto entre la Secretaría de Salud y la Comisión Federal de Electricidad para realizar más estudios sobre la afectación, así como cerrar de manera definitiva esa termoeléctrica. “Mantenerla abierta resulta un alto costo y cero beneficios para los mexicanos”.
Por el PVEM, la diputada Daniela García Treviño puntualizó que la termoeléctrica, considerada un detonante de crecimiento y desarrollo económico para las regiones cercanas, se convirtió en un foco central de agentes contaminantes que afectan directamente la salud y actividades de los pobladores, como a los ecosistemas cercanos y especies que los habitan.
Se ha documentado que las tasas de emisión de dióxido de carbono y de azufre de la central, son considerablemente más altas respecto a los estándares normales a nivel mundial, trayendo como consecuencia efectos adversos en la salud de la población y el medio ambiente.
El diputado Mario David Mex Albornoz (Morena) precisó que el problema ambiental de Campeche no es la termoeléctrica Lerma, “hay una zona industrial constituida por embotelladoras, un ingenio, el frigorífico, congeladoras, procesadoras, empacadoras y purificadoras de agua, entre otras actividades. Además, toda la actividad petrolera, que ha caracterizado a esa región”.
La entidad tiene un mínimo de alcantarillado y no cuenta con plantas de tratamiento. El agua después de ser usada en la satisfacción de todas las necesidades, es descargada al acuífero a través de fosas o bien, al mar. “Toda la actividad industrial y de servicios, más la falta de infraestructura y normas ambientales propias para Campeche, lo han ubicado en uno de los estados con las playas más contaminadas. En estas condiciones, Morena votará en contra del cierre de la termoeléctrica Lerma”.
Julio Saldaña Morán, diputado del PRD, expresó que se pretende consolidar la presencia de la empresa TransAlta, de capital canadiense, y posibilitar la entrada de la española Iberdrola, que operan en la región. “Lo que menos importa aquí es el medio ambiente. TransAlta opera en Campeche desde 2003 y le urge que la planta de Comisión Federal en Campeche desaparezca. Está muy preocupada porque ese es su negocio, no es la salud ni el medio ambiente, si eso lo fuera estaríamos a favor”.
Manifestó que si de verdad “importa la salud y el medio ambiente, se debe dejar de castigar financieramente a la Comisión Federal de Electricidad y a Petróleos Mexicanos, para que las empresas del Estado puedan llevar a cabo por sí mismas la reconversión tecnológicas para el empleo de energías absolutamente limpias. La termoeléctrica puede sustituir el combustóleo por gas natural y así dejar de contaminar”.
La diputada Nelly del Carmen Márquez Zapata (PAN) indicó que las malas condiciones en que se encuentra esta central productora de electricidad, están provocando la emisión de gases y sustancias contaminantes al medio ambiente, y estamos ante un problema serio de impacto a la salud de las poblaciones aledañas.
Se requiere contar con una planta sustentada en energías limpias. Los mexicanos necesitamos que la Comisión Federal de Electricidad continúe generando electricidad, pero de manera responsable y cuide todos los problemas ambientales y de salud que se tienen en esta población de Lerma, Campeche. Además, se protejan las fuentes de ingreso y de empleo de sus trabajadores.
