En estos días se ha puesto aparentemente el tema del cambio climático y la urgencia del reciclaje de moda. Pero debemos ser conscientes que esto va más allá de una novedad. Es una realidad que los humanos nos encontramos en la encrucijada sobre el uso de la tecnología e industrialización y los efectos que produce en el medio ambiente.
Algunos pensaran que es una insensatez. Sin embargo, es preciso establecer que en la historia y evolución de nuestros derechos humanos hemos transitado de lo que velan la dignidad de los ciudadanos. Después se fortalecieron los derechos humanos en relación con la economía de los individuos y las familias. A partir de los conflictos mundiales del siglo pasado el mundo reforzó aquellos derechos de la solidaridad internacional.
En las últimas décadas se habla de los derechos del medio ambiente y las obligaciones que implica el aprovechamiento de los recursos naturales de forma sustentable. La premisa es muy simple: todos vivimos en un planeta y lo que pase en éste es responsabilidad de todos. El cuidado del medio ambiente nos permite la subsistencia de todas las especies, especialmente los humanos.
Es por ello que los líderes políticos se han unido para establecer medidas que reviertan los efectos evidentes de lo que se llama el cambio climático. Pero no basta ese esfuerzo. Es necesario que todos los sectores, inclusive el privado, intervengan para crear las mejores condiciones que mejorar el aprovechamiento de los recursos y el cuidado del medio ambiente.
Un gran ejemplo de lo que se puede hacer es la propuesta de utilizar llantas para la construcción de pisos. Aunque no representa un gran porcentaje de contaminantes las llantas usadas, es muy cierto que la atención de esta situación nos ayuda a mejorar condiciones de reciclaje de un elemento que, al convertirse en irremediablemente en un desecho, aumenta la cantidad de basura que impacta al medio ambiente.
Por eso, el piso de llanta se está convirtiendo en una alternativa que mejore el tratamiento del desecho de caucho de las llantas usadas en un elemento útil. Como ventaja, además de mejorar la calidad del medio ambiente el reaprovechar lo que es basura en una materia prima ergonómica, con calidad y versatilidad. Las llantas se muelen de tal manera que se consigue el polvo de caucho con el cual se fabrican las planchas para la fabricación de los pisos.
Estos se pueden usar como pisos para gimnasio, centros comerciales, escuelas, espacios públicos. Se sustituyen las placas de concreto que producen un mayor calor en las habitaciones con un material más amigable con el medio ambiente. Además de que resulta muy fácil de mantener e inclusive para limpiar, no requiere de ser encerado, pulido o sellado. Otra gran ventaja es la falta de porosidad del caucho, por lo cual no hay filtraciones de agua.
En nuestro país donde se tiene la costumbre de quemar las llantas usadas, la alternativa de construir estos pisos nos ayuda a no contaminar el aire con la naturaleza química del caucho.
Fomentamos una mejor conciencia y compromiso ecológico y amigable.
