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Poesía en la biblioteca José Martí en Mérida.- Adán Echeverría

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silencio abierto silicón y látex
oscuro latir de alba incandescente
caminaste de puntitas la pasarela
atrapando océanos en el ramaje de la piel

incólume en la danza de la puta
sin esa telaraña en el aroma
sin el ardor de soledad en la vagina
recorres sombra a sombra el neón y la premura
enturbias los perfumes y la lengua
a través de las axilas
los labios se enredaron humeantes

ella bailarina al fin
fue burla de lince al desgarrar las madrugadas
(furia de navaja entre los dedos)
estranguló cordura
costuró los párpados con el vértice de boca
en el incendio de su magia (alquimista paranoica)
guardó en ácido los dientes
sin dejar la noche desvestirse
en la luna imantada de los besos

ahora silenciosa
la observas copular con otro
herir el simbolismo de una casta de hembras
que visten en leopardos
su depredadora voluntad de agonizarse una sobre otra
una contenida en otra se clausuran los espejos

inmóvil quieta en al abismo del deseo
mantiene tu cabeza sumergida en esta vasija de vidrio
frente a la cama donde cogieron con sangre
para tenerte cerca
y alejar los demonios del silencio

*****

DESPERTARSE
y no recordar las noches pasadas
y no reconocer el techo y las paredes
ni las fotos colocadas en el buró de la cama
ni las propias sábanas
y no encontrarse los pantalones
los calzones y los zapatos
buscar el interruptor de la luz
en esta oscuridad que aun abraza
escuchar en el silencio murmullos
saber que hay alguien a un lado de nosotros y no reconocerlo
sonreír al absurdo
seguros que lo repetiremos

*****

LA MUERTE DE GLORIA TREVI
madre doncella me llaman en la noche
Rosario Ferré
Han caído lentejuelas en los bosques
las estrellas cintilan cabizbajas
pero los multicolores de la escena
irradian sus trágicos espermas diamantinos.

No ladran los perros a la luna de su vientre
junto a moscas andan ya las zapatillas
porque el libro del amor se ha clausurado
en la muerta cicatriz de la esperanza.

Nadie suena el claxon ya en las avenidas
Ni se rozan siquiera las palmeras
aunque el disco continúa esbozando arcoiris en la piel.

Porque la perra lujuriosa de agrias garras
es la iglesia en que los curas suenan los tacones
a sabiendas de que ansían que les rompan las sotanas.

*****

DAME TU FALO ABIERTO COMO MARGARITA Como esa noche en que todo se vuelve un espinarse salvajemente Apriétame muchachito que no sube la marea hacia mi vientre
Quiero que me golpeen tus testículos serenísimos y ensalivantes Acá mi boca para toda tu altivez de macho cabrío Habrás de reconocerme el punto exacto de la mentira
Pero esto soy cuando te cabalgo en la maldita noche que nos resguarda ¿Cuándo nos soltaremos las amarras para ir a casa de mis padres o a casa de tu familia? Este pedazo de carne que es toda mi voluntad de fiera Así nos reconocemos entre las sombras Y mi sombrero de ala ancha no le queda a tu corbata de cenicienta perversa con que me sonríes después de penetrarme Eres mi semidiós Creo en
un solo señor falo todo poderoso y eres tú detrás de esa vendimia.

 

*****

UN POTRO DE NÁCAR EN MEDIO DEL JARDÍN
Una fuente de mandrágoras alrededor de tus piernas
y tus pezones en mis labios como ese sol que nos calcina

Hay tantos dardos para reconocernos en la cama
tantas quimeras fornicantes en que nos enredamos
Si tan solo supieras despeinarme con premura
o mi camisón fuera despedazándose bajo tu aliento

¿Y qué es tu aliento tan lleno de mi furia, tan lleno de mi semen?

Esta mañana no volví a recorrerte el glande con los dientes
quise lastimarte para que no huyas a la regadera a lavarte mis líquidos
mis hormonas que siempre van remolinándose sobre tu cabellera
Y es que eres el dragón estilizado que se me clava en las costillas

¿Te gustan mis botas altas?
Mi maquillaje de mago rutilante y el espejo de tres caras
¿Te gusta tanto pasarme la verga en las axilas?
Sabrás obedecerme y de rodillas
Porque nada hay que el inframundo espere de cada una de mis lamentaciones
Si amarte me consume el día
y los cuervos son tan solo mis más lindas fantasías en tu carne
¿Por qué he de violentarme sobre tus nalgas
si mi rasposa lengua de vaca embrutecida sigue paladeándote las piernas?

Ábreme toda la angustia hasta perderte en mí
Quédate cada mañana sobre mi costado y de costado déjate penetrar
que mis uñas se queden clavadas en tu cuello
y que la punta del tacón se me clave en las clavículas

No podremos decir hoy que somos amantes
o que los amores de antaño han dejado de seguirnos como sombras por la pared
No podremos intercambiarnos los calzones sino hemos decidido aun
reconocernos libres
libres y soberanos de polillas
libres y soberanos de sentarnos en el retrete mientras te jabono las nalgas
libres para pensar que algún día ella vendrá a practicar con nosotros
y bajo las almohadas
No podremos sacrificar en cada eclipse ese pedacito de cielo que tienes entre
las piernas
por que hoy me tienes durísimo y hecha líquido vas a penetrarme
Durísimo que hoy me siento para ser penetrado por ti una y mil veces
como los terremotos que se van llevando todo a la chingada
Tienes que inundarme a prisa de todo el amor que nos consume
que esta leña después será usada para cocinarnos los cadáveres

Todos los días ella se sacude el pelo montada a pelo sobre mí
Todos los días ella me va pasando las uñas por el cuello
y me va dejando crecer el dedo en el culo
Como gozo cuando tus ojos son más que dos ventanas universales
y en mi jardín
va quedando todo enmohecido
El pensamiento
Las sotanas Las ideas de mis padres
Las ideas de mis logros los Apocalipsis inciertos
Y sobre todo
va quedando todo sobre el surco que he hecho con tanto sueño
marchitado sobre tu piel
Ese era el fauno real
el que nos vio nacer del vicio de querernos
Porque amarnos es tan imperativo
como cagar o comer
Porque amarnos es tan necesario como respirar
y que mi semen te sirva de crema para la piel
y que tus labios me sirvan de sagrario
para la hostia de mi lengua
para la vida de mis sueños
para la paz de mis entrañas
toda tú abierta y en canal
siempre ahí
detenida
en el espacio de mi mas recóndito deseo de seguirte devorando

*****

REVELACIONES
I
-Quítate las sandalias que estás pisando tierra santa.- Dijo desde la cama mientras con la mano derecha abría la sábana, mostrándose.
Toda ella era una zarza ardiendo sin consumirse…

II
-Dame el agua viva- le gritaba una y otra vez introduciendo el cayado hasta la roca. Sus manos atrapaban con rudeza las sábanas, y eran sus ojos la contemplación del rostro de la dicha.

III.
-He acá la tierra prometida…-
dejó caer la toalla al salir de la ducha
–…que tus manos no podrán tocar.
Se puso los pantalones y la blusa, y en silencio se marchó.
Con la sonrisa intacta me rasgué las vestiduras
y continué aspirando polvo por la nariz.