CARACAS (AP) — Más de 700 opositores al presidente Nicolás Maduro han sido arrestados durante el más reciente intento de la oposición de derrocar al mandatario socialista venezolano.
Pero hay un activista antigubernamental al que las fuerzas de seguridad han soslayado: Juan Guaidó, el legislador que se autoproclamó presidente encargado y que desafió directamente el mandato de Maduro.
La negativa de Maduro, al menos por ahora, a ordenar el arresto de Guaidó, refleja la desconfianza del mandatario en sus propias fuerzas de seguridad, así como la advertencia que emitió el gobierno del presidente Donald Trump de que lastimar al hombre que Estados Unidos reconoce como presidente legítimo sería cruzar una peligrosa línea.
El gobierno de Estados Unidos reiteró esa amenaza el lunes mientras anunciaba sanciones en contra de la compañía petrolera venezolana PDVSA.
Cualquier acción en contra de los diplomáticos estadounidenses, Guaidó o la Asamblea Nacional que este preside serían consideradas “un ataque grave” que “se enfrentará con una importante respuesta”, dijo el asesor de seguridad nacional John Bolton.
Aunque no especificó las medidas que podría implementar Estados Unidos, Bolton reafirmó que todas las opciones para lidiar con la crisis venezolana continúan sobre la mesa, incluyendo el uso del ejército.
“No se atreverán a tocar a Guaidó”, dijo José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch para el continente americano. “Ahora hay una nueva dinámica involucrada. Incluso mientras el gobierno de Maduro continúa con su brutal represión de los pobres y los invisibles, no perjudicarán a Guaidó porque él cuenta con demasiado apoyo internacional”.
El gobierno de Maduro ha amenazado en repetidas ocasiones con arrestar al legislador de 35 años, acusándolo de violar la Constitución y de actuar como “títere” de Estados Unidos en un intento golpista.
Pero con cada día que se le permite a Guaidó moverse libremente por Caracas, organizando manifestaciones y formando un gobierno paralelo que incluye embajadores en el extranjero y una oficina similar a la de presidencia desde donde envía mensajes en video, luce cada vez más como adalid y socava la autoridad de Maduro ante los ojos de los venezolanos comunes y corrientes, dijo Vivanco.
El lunes, una oficina consular en Miami se sumó al agregado militar de Venezuela en Washington, el coronel José Luis Silva, quitándole su respaldo a Maduro y reconociendo a Guaidó.
“Siempre al servicio de mi amado país, seguiremos prestando el servicio consular en esta ciudad”, dijo Scarlet Salazar en un video en el que anunció su apoyo a Guaidó con la bandera venezolana de fondo. “Es el momento de nuestro país”.
No están claras cuáles son las medidas de seguridad que está tomando Guaidó para evitar el arresto. Aunque el legislador no es difícil de encontrar.
El viernes sostuvo una conferencia de prensa en una plaza de Caracas, misma que anunció horas antes en redes sociales, y el domingo asistió a un servicio religioso en honor a las víctimas del descontento antigubernamental.
En ambas instancias se expresó con tranquilidad, aparentemente despreocupado por los enormes riesgos que asumió al desafiar abiertamente a Maduro. En 2014, su mentor político Leopoldo López fue arrestado durante un evento al aire libre y varios otros políticos, activistas e incluso dos bomberos de una pequeña localidad que publicaron un video en internet en el que se mofaban de Maduro, fueron arrestados durante el último año.
Foro Penal, un grupo local de derechos humanos, dijo el lunes que más de 700 personas fueron arrestadas tan solo en una semana de protestas. Otras 35 han sido asesinadas durante el caos, muchas de ellas en vecindarios pobres en donde por lo general predomina la oposición.
El gobierno aún no comenta sobre el reporte, pero el jefe del partido socialista Diosdado Cabello intentó invertirle los papeles a Guaidó al decir que su seguridad estaba ahora en manos de la embajada estadounidense.
“Si hay alguien responsable de lo que le pase a ese señor o a otros dirigentes, es el mismo imperialismo”, dijo Cabello el lunes durante una marcha en la ciudad de Barquisimeto.
Francisco González, un analista progubernamental, dijo que aunque la debilidad de Maduro y los problemas económicos y sociales de Venezuela son evidentes, muchos en el país rechazan el papel del gobierno de Trump en la creciente crisis.
“El descontento está ahí”, dijo González. “Pero lo que más busca Trump ahora es un ‘win’ en la política exterior para así contrarrestar la caída de influencia de los Estados Unidos en la geopolítica mundial”.
Fuente: Yahoo noticias
