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¿Por México al frente?

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En el año 2016, el PAN, de Ricardo Anaya, y el PRD, con Agustín Basave, decidieron hacer a un lado los roces que mantenían desde las elecciones federales del 2006, y establecer una coalición para los comicios que se celebrarían ese año.

La coalición ganó siete de las doce gubernaturas que se disputaron, y cuando se les preguntó si existiría una posibilidad de ir juntos en el 2018, ellos respondieron que no lo habían discutido. Sin embargo, el año pasado se acordó que se formaría un Frente Amplio Democrático, que luego cambió a Frente Ciudadano por México, y finalmente terminó como Por México al frente, conformado por PAN-PRD-MC

Desde un principio iniciaron las especulaciones, ¿Cómo serían, estos partidos, capaces de unirse si sus respectivas ideologías son diferentes? Era sencillo, uno debía subordinarse a otro, y, tal parece que el instinto de supervivencia pudo más que la ideología, esto refiriéndonos a cierto partido de la Revolución. Pero, honestamente, era un experimento llamativo.

Más allá de querer conformar un frente donde todos los ciudadanos tengan voz, y establecer un gobierno de coalición, el objetivo es más simple que eso, se resume a sacar al PRI de los pinos, y derrotar a AMLO. El candidato que abanderaría el frente sería Ricardo Anaya, expresidente del Partido Acción Nacional.

¿Ricardo Anaya la mejor opción?

La respuesta a esta cuestión resulta una completa incógnita, pues Anaya nunca ha gobernado ningún estado, pero una cosa es cierta, Ricardo es sumamente sagaz e inteligente.

Hay muchas maneras de obtener la candidatura de tu partido, puede ser por dedocracia, por elecciones democráticas entre los militantes, popularidad, pero si eres el presidente de ese partido y ninguna de las opciones anteriores te gusta, también puedes optar por realizar una coalición con otros partidos que no pueden ver ni en pintura a tu adversaria más fuerte, y así imponerte.

Y eso fue justamente lo que hizo Ricardo Anaya, él sabía que, si quería ser candidato presidencial, debía sacar del juego a Margarita Zavala que se perfilaba como favorita. La mejor manera de hacerlo, era aplicando la misma fórmula que ya le había funcionado en el 2016, aliarse con el destartalado PRD, que jamás permitiría que la esposa de Calderón tuviera la oportunidad de abanderar el Frente.

Fue así como Anaya, destruyó por completo las aspiraciones de Margarita, de ser candidata por el PAN, y posiblemente, ser la primera presidenta de México. Hoy, ella, ha sido rezagada a un cuarto lugar como independiente.

Ricardo le ha dado duros golpes al PRI, como cuando vapuleó a Manlio Fabio Beltrones en un debate con Joaquín López-Dóriga, cuando le arrebató al Revolucionario Institucional de Beltrones, los estados de Durango, Tamaulipas, Aguascalientes, Puebla, Chihuahua, Veracruz y Quintana Roo, y cuando movió sus fichas para impedir que Raúl Cervantes tomara posesión como procurador de la fiscalía anticorrupción.

Más allá de ser un buen estratega, también habría que reconocer su indudable versatilidad, con la cual ha demostrado que tiende a ser incongruente. Un año puede apoyar la reforma energética, y al siguiente puede descalificarla. Primero elogia a Calderón, y luego critica sus estrategias de campaña. Esto unido a su propuesta del Ingreso Básico Universal, lo ha llevado a convertirse en aquello que siempre criticó, sí, en ya sabes quién.

La maquinaria del Revolucionario no podía quedarse con las manos cruzadas viendo como Anaya subía y subía, rezagando a Meade al tercer lugar. Entonces decidió sacar un video del baúl de los recuerdos donde Ricardo elogiaba a José Antonio Meade, candidato de la coalición Todos por México.

Sin embargo, la maquinaria no se detuvo, y le sacaron ciertos trapitos sucios al joven Anaya. Primero lo acusaron de haber usado su fundación, “Por más humanismo,” para una supuesta triangulación de fondos. Y recientemente, ha sido investigado por estar supuestamente involucrado en el delito de lavado de dinero.

Es importante aclarar que la investigación por lavado de dinero es contra Manuel Barreiro, pero Ricardo resulta involucrado por haberle comprado un terreno por diez millones de pesos, para luego construir una nave industrial y vendérselo a la empresa Manhattan Master Plan Development, que ha sido declarada una empresa fantasma por el SAT, por 54 millones de pesos, y que sus sueños son el chofer del citado Manuel Barreiro, y la esposa de su contador.

Ricardo se ha excusado diciendo que esta es una estrategia del PRI para rezagarlo de la contienda electoral, al peculiar estilo de ya sabes quién.

Anaya es una persona sagaz e inteligente, pero denota incongruencia entre sus acciones y palabras. No le importa ir donde el viento lo lleve siempre y cuando él quede bien parado, no por nada se le ha acusado de traicionero, así como de haber destrozado al Acción Nacional solamente para satisfacer su hambre de poder.

Una semana fue suficiente para que le destruyeran a Anaya el frente que tanto le costó construir y la candidatura presidencial que tanto anheló. E incluso algunos rumores dicen que, si la imagen de Ricardo Anaya sigue siendo afectada, su posible relevo sería Santiago Creel.