Históricamente el PRD siempre rehusó aliarse electoralmente con el PRI porque el tricolor representaba la antítesis de las luchas históricas de la izquierda en México. Y aunque hubieron muchos intentos, nunca se logró concretar.
De hecho, el PRD luchó siempre contra el autoritarismo que el PRI ejerció como sistema político de gobierno. De hecho, dentro del sol azteca, el núcleo, sigue teniendo admiradores – seguidores, del presidente López Obrador, que como se sabe, está acabando con sistema que instauró el PRI en el pasado y que según él, pretende regresar para seguir corrompiendo al país.
En la rueda de prensa donde presentaron al senador Jorge Carlos Ramírez Marín como su candidato común a la alcaldía de Mérida, ambas partes dijeron que se pusieron de acuerdo porque es necesario restablecer el tejido social que según ellos, padece Mérida. ¿De cuál daño al tejido social hablan?, ¿se referirán al daño que sufrió Mérida por el enriquecimiento inexplicable de varios funcionarios del gobierno del sexenio pasado que encabezó el gobernador Rolando Zapata Bello y que generó un resentimiento social hacia la política, un rechazo mayoritario a los políticos de carrera y en general, un hartazgo hacia todo lo que signifique PRI?. Si es a ese daño, ¿qué estrategia traen en manos el PRD y el PRI que no sea la impunidad y la venta de “espejitos”?.
La política incluyente a la que se refirieron las mujeres del PRD que hablaron en la rueda de prensa, no es algo “extraordinario”, hubiera sido más incluyente, más justo y más digno, que una de ellas se hubiera postulado a la alcaldía de Mérida.
El PRD no tenía necesidad de aliarse con nadie para competir en este 2021 por Mérida. Al hacerlo, envían un mensaje muy negativo sobre su presente, y abren la puerta a muchas interrogantes que en el futuro les perjudicará mucho, porque podrían perder la credibilidad, poca o mucha, que pudieran tener.
Siempre he sido un admirador de la cohesión de los grupos políticos cohesionados. Y siempre he elogiado la cohesión que hay al interior del PRD, aunque a muchos no les parezca algo positivo. Pero ceder lo poco que se tiene por algo incierto parece ser un salto al vacío.
Esta decisión parece ser una decisión “impulsiva”, resultado más de la ansiedad política que de la congruencia política. Ciertamente el PRI perdió su ideología desde hace mucho, pero el PRD no se puede dar ese lujo, cuando lo único valioso que tiene es precisamente su ideología de izquierda.
No es pesadez, pero por el bien de la izquierda en Yucatán, el PRD no puede convertirse en partido “rémora”. Porque así está siendo calificado.
Nada de lo que se dijo en esa rueda de prensa funciona para fundamentar ésta candidatura común, que no se entiende, no se justifica, y no se avala.
Personalmente creo que el PRD tenía la gran oportunidad de marcar diferencia entre lo que significa el tricolor y lo que representa la izquierda moderada en la entidad. Sobre todo ahora que la gente sabe diferenciarlos perfectamente.
