Inicio Análisis político Alejandro López Munguía Priístas buscan acomodo en el gobierno de Vila, el dilema.

Priístas buscan acomodo en el gobierno de Vila, el dilema.

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Gobernar no es fácil. Todos se pueden equivocar, menos el Gobernador.

I.- No sería nada malo, de hecho es un derecho el buscar acomodo en las filas de un gobierno contrario. Es más, hay quienes piensan que es válido dejar en su cargo a políticos probados. Sin embargo, habrá que considerar algunos puntos que son vitales para entender la política básica en los tiempos de siempre.

II.- En Yucatán, y no pasa en el centro del país, la política es bipartidista. Aún lo es en esencia. Si gana el PRI no se ve bien trabajar en un gobierno del PAN, a menos que exista una renuncia a tiempo y en forma al partido de origen. Es el caso de quienes siendo funcionarios del gobierno de Rolando Zapata Bello y jugaron el papel de operadores del PRI durante el proceso electoral tras los resultados negativos, ahora busquen acomodo en el gobierno de Mauricio Vila.

III.- No se ve bien. Y políticamente es incorrecto. Aunque como dije, nada legal lo impide. El tema está en la congruencia, más aún, hay quienes piensan en la lealtad. Recuerdo que el aún gobernador Rolando Zapata Bello les dijo a los priísta “si les ofrecen trabajar en el gobierno panista, no lo acepten”. Palabras más, menos, el sentido fue el mismo. Sin embargo, pocos, pero muy pocos le han hecho caso.

IV.- La información que tenemos nos indica que efectivamente hay una estrategia para detectar a los servidores públicos que por su profesionalismo le pueden servir bien al nuevo gobierno. Diversas son las áreas donde se necesitarán de la aportación de estos servidores públicos. Pero no todos ellos están libres de gravamen, es decir, no todos están libres de “pecado”.

V.- Los que fungieron como operadores del PRI están realmente expuestos a ser despedidos de sus cargos. En especial los trabajadores de confianza. Es un fenómeno natural, que exige congruencia. El gobierno de Mauricio Vila Dosal no puede ser operado por “operadores priístas”, la lógica dice que estarían haciendo todo para minar el buen desarrollo de su gobierno.

VI.- Pero existe la posibilidad de que una gran parte de los que laboraron en el gobierno saliente se queden a contribuir con el nuevo gobierno. La condición será el jurar lealtad absoluta “cantando”, es decir revelando las trapacerías de los altos jefes que durante los últimos años se sirvieron del poder a manos llenas. ¡Y mire que hay casos de sobra!.

VII.- Los funcionarios y servidores públicos que han sido señalados por corruptos y beneficiarse del tráfico de influencias como los ya conocidos que laboran en la SEGEY, o en la Secretaría de Salud, o en la Dirección del Transporte Público, o en la Sedeculta, o en la Dirección del Deporte, o en la Cobay, no tienen cabida en el gobierno de Mauricio Vila.

VIII.- El nuevo gobernador no puede darse el lujo de que su gobierno le renueve la confianza a gente corrupta. Porque eso será una muestra de debilidad y vulnerabilidad política.

IX.- Mauricio Vila Dosal tiene el deber de hacer un trabajo congruente con los tiempos de cambio. Y por ende, debe fincar responsabilidades a los corruptos sin tener miramientos.

X.- Vila Dosal cuenta con el respaldo de la ciudadanía que le dio su confianza. Confianza para marcar una diferencia. Él mismo señaló el camino cuando en el primer debate reveló, acusando al gobierno de Rolando Zapata Bello de no rendir cuentas sobre 2 mil millones de pesos ejercidos por la Secretaría de Salud.

La neta del planeta.- Mauricio Vila Dosal no solo es un rostro amable, cortés, juvenil, sino es el rostro de la justicia. Para hacerla posible, la gente lo eligió como su nuevo gobernador, ¡vaya honor!. No hay cabida para no darle gusto a la gente que con sus impuestos sostiene todo un gigantesco aparato gubernamental. “No nos vaya a fallar”, le dijeron en las urnas.