El martes 13 de noviembre por la mañana empezó a circular la noticia que un policía de la SSP había sido asesinado cerca de la Fiscalía General del Estado mientras que su compañero fue herido de bala, poco a poco esa nota se esparció como pólvora sorprendiendo a propios y extraños, pues todos consideraban que esa clase de eventos, en Yucatán, no pasaban.
El suceso fue tratado con mucho hermetismo, lo que ocasionó, invariablemente, que se difundieran muchas versiones al respecto, yo diría que hasta más, sin embargo, las que más trascendieron fueron las siguientes:
- Un carro se emparejó con el auto de los policías y les disparó, pero el vehículo conducido por los oficiales no tenía marcas de los impactos de bala.
- Un policía estrelló su vehículo.
- Elementos de la PEI trasladaban a un sujeto a la fiscalía cuando éste sacó un arma (otros decían que se lo quitó a uno de los policías) y le disparó a un oficial asesinándolo, y al otro lo hirió en el rostro.
Fue esta última la cual terminó siendo la versión correcta, aunque le faltaban algunos detalles.
Un señor y su esposa recurrieron a los policías pues un familiar suyo había sido secuestrado, a lo cual, los oficiales le informaron que debía poner su denuncia en la Fiscalía, se subieron al auto y antes de llegar al lugar previamente mencionado, el hombre sacó un arma del bolso de su esposa y le disparó al elemento, que estaba conduciendo, hiriéndolo de muerte, mientras que, el otro sobrevivió y fue llevado inmediatamente al hospital.
La pareja fue arrestada.
Si bien, los presuntos culpables ya fueron arrestados, todavía nos quedan muchas preguntas sin resolver, como por ejemplo el porqué de esa acción. Y es que, a partir de ese cuestionamiento, que aún sigue en el aire, se desprenden muchísimos supuestos que solamente podemos imaginar, pero no probar.
Si el sujeto se encontraba desesperado y recurrió a la policía para que le ayudasen, y estos aceptaron, ¿Por qué dispararles?; Si lo amenazaron para no recurrir a la policía, ¿Por qué solicitó su apoyo?
Pero, pudiendo perpetrar este hecho en cualquier parte del estado, la pregunta fundamental es ¿Por qué cerca de la Fiscalía? No tiene sentido porque no puedes esconderte ni mucho menos darte a la fuga, pero cobra un mayor y mejor sentido si tomamos en consideración que el fin no era asesinar a un policía.
Bajo mi propia consideración, el cobarde asesinato del oficial no era el fin, sino un medio, porque el verdadero fin era enviar un mensaje, y el mensaje fue claro, Yucatán es igual de vulnerable que todos los estados.
Espero, realmente, que yo esté malpensando, pero si no es así, entonces el gobierno del estado debe tomar cartas sobre el asunto, porque sí hay algo claro, después de este suceso, muchas integrantes de la sociedad yucateca ya no se sienten totalmente seguros.
Mi más sentido pésame a la familia del policía fallecido, la manera de honrarlo es impartiendo justicia a los responsables y garantizar que un suceso como este no vuelva a suceder, y que lo acontecido un martes 13 de noviembre del 2018 sea un trágico caso aislado que nos arrebató a un hijo, esposo y un ciudadano que cumplía con su deber.
