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Ramírez Marín, la mejor carta del PRI para la Alcaldía de Mérida

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El Senador Jorge Carlos Ramírez Marín es sin duda, en estos momentos, la mejor carta del PRI para competir por la Alcaldía de Mérida. En el escenario político, el legislador cuenta con todas las credenciales políticas para representar al tricolor en las próximas elecciones del 6 de junio.

El PRI necesita enviar, principalmente, un fuerte mensaje a su militancia de que no todo está perdido.

Es el momento de competir con lo más consolidado que tiene el partido. El PRI no puede jugar con una carta débil, sino por el contrario, debe postular un liderazgo capaz de movilizar la estructura que tiene y que está ávida de ser motivada.

La desbandada de militantes que desangra al tricolor necesita un contrapeso, que bien pudiera ser la candidatura de Ramírez Marín, que se ha destacado por ser un político de carrera, con larga trayectoria, que cuando se lo propone, puede unificar criterios.

La candidatura del Senador, es lo que mejor le pudiera pasar al tricolor en estos tiempos de desesperanza. Tiempos de incertidumbre y de debilidad. El discurso y la personalidad de Ramírez Marín son instrumentos que bien aplicados podrían darle viabilidad a un proyecto de gobierno.

De Jorge Carlos se conocen sus alcances, su potencial y su gran oratoria serían de gran ayuda. Es un político que une en su visión, el pasado y el presente del PRI. Será un fuerte oponente en los debates, en los foros abiertos, en los diálogos ciudadanos. El tricolor no tiene una figura como él.

No hay otro en el Revolucionario Institucional con el peso político que ostenta. Mal haría el PRI en optar por otra opción. Porque no se trata de ganar la elección de forma abstracta, sino de poner un pie adelante rumbo al 2024. Se trata de no morir en el intento, sino de seguir viviendo. El PRI necesita seguir vivo y para ello necesita postular a un verdadero candidato, que aunque pudiera tener negativos sensibles, su fama de político capaz es muy sólida.

El PRI está en riesgo convertirse en la cuarta fuerza política electoral, no pierde nada si se refuerza postulando a lo mejor que tiene a la mano.