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Recesión norteamericana, oportunidad para Yucatán

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El promotor turístico Félix Antonio Rubio Villanueva aseveró ayer que
la recesión de la economía norteamericana no necesariamente tiene que
tener repercusiones negativas para México, el Sureste y Yucatán.
Entrevistado en el lobby de su Hotel Hacienda Inn, entra directo al tema y señala:
—Aunque
suene absurdo, la crisis en EE.UU. puede significar una gran fuente de
desarrollo y una muy buena creación de empleos en nuestro país y Estado.
Para
lograr esto debemos entender algo que a veces se nos olvida: que las
crisis son también oportunidades, y creo que tanto Yucatán como la
región en que estamos y México tienen enormes oportunidades en estos
momentos.
Para los que vivimos las tres grandes crisis: la del 76,
la del 82 y la del 95, evidentemente las tres nos trajeron graves
problemas. A muchos de nosotros, pequeños empresarios, nos golpearon
muy fuerte, a algunos los eliminaron para siempre, otros se mantuvieron
y muchos más salieron fortalecidos haciendo grandes negocios derivados
de su conocimiento, sus empresas y su visión. Uno de estos casos, que
vale la pena tomar en cuenta, fue el de Cementos Maya, que durante las
crisis invertía para crecer, porque sus directivos pensaban: Así cuando
salga la crisis, estaremos preparados para seguir adelante. En esa
empresa decían y lo cumplían: “La crisis no es un momento de dejar de
invertir”.

¿A quiénes apoyar en este momento?
Para Rubio Villanueva la respuesta es clara:
—Hay
que apoyar a las micro empresas, porque las macro empresas tienen forma
de defenderse vía impuestos y vía otras ayudas federales. En el pasado,
el grave error del gobierno federal fue dejar paralizada a la micro y
mediana empresa y al profesional que de manera independiente tenía su
propio negocio. En lugar de apoyarlos se les canceló todo tipo de
ayuda, lo que provocó que enormes cantidades de pequeños empresarios se
derrumbaran, y eso, naturalmente, agravó más la crisis.

El país no está
para frivolidades
—En
el caso actual de la economía del país, nuestro diagnóstico es
preocupante, porque el presupuesto de México está basado en la economía
petrolera y ahora tanto el Ejecutivo como el Legislativo tienen
urgentemente que tomar medidas drásticas para considerar en el cálculo
del presupuesto 2009, eliminando todos los gastos superfluos y
disminuyendo incluso los salarios a los funcionarios de los niveles más
altos, así como los gastos innecesarios.
Ese nuevo presupuesto debe
ser algo conservador en el aspecto del petróleo, considerando que el
precio del barril estará entre 55 ó 60 dólares, y quizá debería ser
todavía más conservador, manteniéndose esa consideración igual que la
de este año: a 49 dólares el barril de mezcla.
¿Por qué? Porque al
tener menor consumo Estados Unidos y los países europeos que van a
resentir gravemente la crisis financiera norteamericana, los consumos
petroleros bajarán, y lógico, bajará también el precio neto del
petróleo. Por ello, obstinarse en el precio sugerido de 80 dólares que
envió el Ejecutivo al Congreso sería hacernos el hara-kiri, pero el
país no está para frivolidades, está para que todos los mexicanos de
todas las corrientes y de todos los sectores trabajemos unidos para
poder salir adelante lo más pronto posible.

Llegó la crisis
—Hoy
está claro que quienes decían que no hay una crisis en México estaban
equivocados, basta con dialogar con amigos empresarios, ya sea
industriales o comerciantes de los diferentes giros, para darnos cuenta
de que hablan ya de disminuciones importantes en sus ventas.
¿Qué debemos hacer, por dónde debemos empezar a contrarrestarla?
Primero:
Impulsando la economía productiva, pero teniendo en cuenta que es mejor
un empleo que un apoyo o un subsidio gubernamental. Desde luego, para
las clases más pobres, deben de continuarse los programas asistenciales.
Segundo: Promover el turismo interno de dos formas:
A.-
Ampliando el período vacacional para que se normalice como
anteriormente lo teníamos: del primero de julio al primer lunes de
septiembre.
B.- Insistiendo en la promoción del turismo
internacional, especialmente en el área de las relaciones públicas, en
Estados Unidos y Canadá.
Digo esto porque durante las 3 crisis
económicas anteriores en las temporadas de turismo hemos tenido
importantes incrementos de visitantes. Cierto es que no había el grado
de crisis financiera que hoy tiene Estados Unidos, aunque es de
recordarse que a mediados de los ochenta ese país sufrió una recesión
de la que salió para tener un “boom” económico de más de 10 años. Y
recordemos también que la más grave crisis que sufrió Estados Unidos
fue después de septiembre 11 del 2001, y que la resolvieron por un
incremento en su turismo interno, por lo que no estamos inventando el
hilo negro.
Durante esa crisis, las ciudades norteamericanas
incrementaron su presupuesto para las relaciones públicas turísticas,
pues cuestan menos en lo general y le llegan más directamente al
público, en lugar de la inversión muy fuerte de publicidad, que
posteriormente se normalizó.

Mundo maya
—En el caso del mundo
maya, también es una oportunidad la actividad turística, agregándole la
promoción de sus productos, pero apostándole no tanto a la materia
prima como al valor agregado, a manufacturarlos, y a salir a venderlos
a los mercados internacionales.

Advertencia
—Por otra parte,
hay que puntualizar una cosa: Los que crean que los llamados “Baby
Boomers” son el cliente de los próximos 2 ó 5 años, siento que están
equivocados, porque precisamente es el grupo de ciudadanos
norteamericanos que está saliendo peor en este momento. Son los que
están perdiendo más dinero. Es el grupo que está a punto de jubilarse o
pensionarse, y tienen inversiones que han sido afectadas por las
quiebras de los bancos. En el corto plazo tenemos que tener mucho
cuidado en Yucatán y en México con esos tipos de desarrollo. Debemos
mejor voltear la cara hacia Centro y Sudamérica, hacia los mercados de
Panamá, Venezuela, Brasil, entre otros, para salir fortalecidos de la
crisis -concluyó Rubio Villanueva.
(Roberto López Méndez)