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Cómo reconocer a un misógino y no casarte con él.

Psicóloga Deya Álvarez.

Cómo reconocer a un misógino y no casarte con él

En la viña del Señor, hay varones de gran valía y otros a quienes el título les queda grande. Lo mismo aplica para el caso de las damas. No depende del género, sino de la integridad y valores como persona, mismos que en forma de acciones, hablan más fuerte, que todo lo que de la boca o la pluma, pueda salir. En fechas recientes, mucho se ha hablado acerca del caso de Emma Molina, la mujer que fue asesinada por defender la custodia de sus hijos, y sin duda, de las millones de mujeres, quienes han sido violentadas en sus derechos más fundamentales, empezando por su derecho a existir, y hacerlo con dignidad y respeto totales. Lamentablemente, la cifra de mujeres, e incluso varones, que también existe, que sufre de violencia en cualquiera de sus formas a cargo de su pareja, aumenta de manera significativa cada día. Debido a ello, elijo a través del presente artículo, enfocarme en la prevención antes de la crónica de una tragedia anunciada, con énfasis sobre todo en las jovencitas, aunque puede aplicarse también a ellos, para que atendiendo a una serie de focos rojos muy particulares, detecten y sepan poner límites sanos y distancia, a cualquier depredador emocional con tintes seductores, como es su modus operandi, que les esté rondando.
Primero, debemos diferenciar entre misógino, psicópata y narcisista. Un misógino, es un hombre, que pudiendo o no ser psicópata, tiene un odio hacia las mujeres, contando con actitudes ofensivas y defensivas muy marcadas, y a veces, enmascaradas pero que tarde o temprano salen a la luz, basadas en prejuicios equivocados sobre una superioridad inexistente. Lo opuesto a la misoginia es la misandria, que es el odio u aversión hacia los hombres. Ambos extremos son nocivos e incorrectos. El antónimo de misoginia, es filoginia, definida como amor o agrado hacia las mujeres, por el hecho de serlo. El misógino, paradójicamente puede ser un dependiente de las mujeres, pues así como las odia, también depende de ellas, convirtiéndose en un seductor, un lobo con piel de oveja, que va tras las presas que concibe más débiles del rebaño. Por su parte, el psicópata, en específico el integrado, no es aquel asesino o sicario, sino quien puede matar para empezar, con sus palabras, olvidos, indiferencias, miradas y acciones que van sumiendo a la víctima elegida en un hoyo negro de culpabilidad eterna. Ella, siempre es la culpable. Él, es un santo, sobre todo, ante los demás. Su reputación hacia afuera es la de “ser luz”, pero en su casa, es intensa, sí, intensa, oscuridad. Ellos son intensos por naturaleza. Pueden ser inteligentes, y ello les permite ser manipuladores por deporte, pero siempre existe gente más inteligente que los detecta, y pone al descubierto, en cuyo caso: huyen, y tienden a mentir aún más para cubrirse la espalda, presentándose en todas las ocasiones como las víctimas, hasta que el buen observador, decide averiguar las dos partes y sorpresivamente su teatro se les cae a pedazos. Como carecen de remordimiento y empatía, ellos siguen “avanzando” sin importarles en absoluto los huevos que hayan tenido que romper para hacerse su omelette, ya que al fin y al cabo, el que ellos estén satisfechos es lo único que importa. Los demás, están para servirles, aunque en su discurso digan lo contrario, y vaya que les gusta hablar, pero no cumplir. Los otros, son tan sólo objetos a quienes manipula con sus múltiples caras, para sus también múltiples fines o agendas secretas. Huyen de las emociones, no siendo en absoluto veraces, transparentes ni expresivos, y sus hechos no se corresponden con sus dichos, otro criterio más, relacionado con su falta de integridad y valores, que puede fingir por un tiempo, pero al final todo lo oculto llega a saberse. Son por lo general exitosos, desde el punto de vista del mundo, y eligen profesiones como el derecho o la política, aunque no necesariamente todos los que se dedican a ello lo son, habiendo sus honrosas excepciones, dignas de reconocerse. Por último, un narcisista es aquel que ha generado un culto a sí mismo, pudiendo o no ser misógino o psicópata, y que pasa horas auto-admirándose o pensando en sus bondades, generalmente infladas, teniendo en su corazón que nadie lo merece o es el último refresco de cola del desierto. Las críticas lo enervan, no las tolera, y aunque es verdad que una cosa es criticar constructivamente y otra agredir enfermamente a otra persona, los narcisistas no toleran ni lo uno ni lo otro, pero en dónde está el aplauso, ahí estará su atención. Por ende, son fácilmente manipulables, sobre todo por los psicópatas, siendo el secreto: lamer sus botas, y se les tendrá comiendo de la mano. Aunque de nueva cuenta, toda artimaña siempre es descubierta, y el psicópata deberá pagar las consecuencias…pero esto, puede que le importe nada en absoluto, a menos que vaya en contra de sus egoístas intereses de manera muy directa. Estas tres formas de ser y reaccionar al mundo, pueden corresponder a tres personas distintas o a una sola con estas tres condiciones convergentes dentro de sí. El tema, es en realidad muy profundo, y el objetivo de mi escrito es dar una barnizada respecto del mismo. Si tú o alguien que conoces, se encuentra en una relación o en superación del término de una, con un misógino, psicópata o narcisista, mi recomendación es que en primer lugar, busques refugiar tu corazón en Dios: ores, empieces a leer y meditar en la palabra de Dios (la biblia es sabiduría por excelencia), te congregues en una iglesia cristiana con grupos de apoyo que te puedan ayudar en tu proceso de restauración; en segundo lugar, que busques ayuda profesional psicológica, pues es un proceso que requiere acompañamiento, ya que puede dejar secuelas que es importante resolver, para no repetir patrones similares en el futuro, ni tener complicaciones relacionadas; y en tercer lugar, que busques asesoría legal, ya que si la situación rebasó cualquier límite, estás en tu pleno derecho de ejercer una acción penal al respecto. La ley, te protege, y fue creada para ayudarte. Aunque muchas veces el tercer paso no funcione, queda el precedente, y si todas y todos unimos la voz, seremos cada vez más fuertes como sociedad, luchando contra el delito en cualquiera de sus formas.

A continuación, te comparto una poesía que escribí la semana pasada, mientras me tomaba un café y reflexionaba sobre la gran bendición que esto, algo tan sencillo significa: estoy viva, y puedo escribir precisamente: mis vivencias. Muchas no tienen ya esta oportunidad, y esta injusticia debe terminar, así que decidí escribir al respecto, como joven y como mujer:

Ni una más, basta ya.

Llora mi tierra desde sus adentros,

La negra estela de asesinatos cruentos,

Emma Gabriela y miles más,

En todo México, estamos hartos ya.

Oleajes de impunidad y corruptela,

Delitos sin justicia, noches en vela,

En México, no amanece ya,

En Yucatán gritamos: ni una muerta más.

Padre celestial, consuélanos,

Haznos justicia, defiéndenos,

Los malhechores deben pagar,

Por cada deceso y dolor en su andar.

Mujer, vaso frágil, revestido de poder,

Mujer, perla preciosa, la más bella en su haber,

Mujer: hija, madre, esposa, profesionista sin par,

Mujer, que hoy no estás, tu muerte trascenderá…

Por último, te comparto un test, que sin ser de índole académica, sino más bien experiencial, te puede ser útil para identificar algunos focos rocos en las relaciones, y decidir poner límites, e incluso distancia, antes de vivir la crónica de una tragedia anunciada:
Test DEYA “Detección Efectiva Ya Aprendida”, para reconocer a un misógino, psicópata y/o narcisista, y no casarte con él:
1.- ¿Sus conversaciones se centran mayoritariamente en él mismo, y lo que él hace, le dijeron, le ocurrió, y muy pocas veces te pregunta con genuino interés sobre lo tuyo, y tus sentimientos?

2.- Cuando no obtiene lo que quiere, de la forma y en el tiempo que espera, ¿se enoja, cambia su actitud volviéndose agresivo, le echa la culpa a los demás y se presenta como víctima?

3.- Al principio de la relación tú eras su foco de atención, te colmaba de atenciones, elogios, sentías que no existía alguien que “te conociera mejor”, pero con el paso del tiempo, ¿se volvió frío, distante, agresivo, celoso, posesivo, justo cuando ya te sintió “segura”?

4.- ¿Habla mal de sus ex, les echa la culpa de lo ocurrido, de nueva cuenta se pone a sí mismo como la víctima de ellas, y no parece tener remordimiento ni recordar sus malas conductas y actitudes que pudieron haber contribuido con el término de esa relación?

5.- ¿Nació y creció en un entorno machista, muy religioso (más no espiritual genuino), existiendo historia de maltrato y abuso por parte de su padre hacia su madre, donde el hombre manda y la mujer obedece, donde a él se le celebra por tener “a muchas” pero si ella tiene “a muchos” es una cualquiera, y hay una inequidad evidente?

6.- ¿Te sientes tratada como un objeto en ocasiones, y que sólo te busca o seduce cuando quiere conseguir algo, pero no le importas como persona, mujer, siempre y a todo momento?

7.- ¿Hace comentarios desestabilizadores, del tipo: tira la piedra y esconde la mano, sobre tu peso, estatura, belleza, nivel intelectual, o te cela a propósito para ver tu reacción?

8.- ¿Se siente inferior a ti en una o varias áreas: profesional, económica, aspecto físico, sociabilidad, y se presenta a sí mismo con “muchos defectos” para generar compasión, misma que le sirve posteriormente como una auto-defensa para decirte: yo te dije cómo era la situación conmigo?

9.- ¿Te dice que cambiará, que mejorará con “tu ayuda” y “la de Dios”, pero lo dice de dientes para afuera, y solamente para que regreses con él tras uno de sus ataques de ira donde viste a su otro yo, ese que oculta ante otros pero que tu bien conoces?

10.- Los demás ¿lo describirían como “persona modelo, ejemplar, íntegra, exitosa”, y tú por ser quien ha visto su otra cara, su verdadero yo, pero por no tener tanta influencia o poder como él, quedarías como la loca, mentirosa, y feminista sin tregua, por decir la verdad de la violencia a la que él te somete cuando nadie lo ve?

Si respondiste que sí, solamente a una de las preguntas anteriores, no lo dudes, busca ayuda. Si respondiste que sí a más, debes hacerlo de manera urgente. Estoy para servirte, saldrás de ello. Atte. Psic. Deyanira Trinidad Alvarez Villajuana. Especialista en mujeres y en jóvenes. Sesiones presenciales y a distancia. Tel. 926-06-19 Cel. 0449991-20-66-69 Mérida, Yucatán, México. Correo: [email protected], Sitio web: www.deyav.com.mx