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SALVADOR VITELLI, EL FALSO CAUDILLO. ¡Está durísimo!.

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ANA ROSA, VITELI Y EL PARTO DE LOS MONTES Salvatore presentábase como
nuevo mesías y llevaba a todas partes el estandarte del antiguo PAN.
Por eso algunos dijeron: “ay, me siento como en la época de don Víctor
Correa”. Otros, como Silvia López, excedida como siempre, catalogaron
al “líder” como “revividor de esperanzas, vivificador de almas, águila
que lucha contra las tempestades, profeta que salvará al PAN de las
garras patricistas”. Otros más, muchos más, afirmaron convencidísimos
que Viteli ganaría porque todos los grupos habíanle jurado apoyo.
¿Grupos? ¿Cuáles, si en el PAN sólo hay uno? ¡Y sólo sus chicharrones
truenan! Ah, pero espérense, recordemos a la más entusiasta y, por
ende, más engañada. Se llama Ana Rosa Payán. ¡Hizo un papelón de
antología! La ex alcaldesa no aguantó, dejó salir de su delicado pecho
todo el amor que por años acumuló por el PAN, y fue al comité de dicho
partido a entregar su ya celebérrima carta de amor. Acto seguido cayó
redondita en los brazos de Salvatore. ¡Ay, chuuch, cómo perdió la
cabeza por el ninio la contadora; hasta juró que, llegado el caso,
apoyaría sin chistar a Betty, la Fea! Maríasantísima, ¿la de la
telenovela? ¿A Ana Rosa gústanle las comedias? No todas. Seguramente la
de antier, por ejemplo, cuando ninio Vitelito le salió con su domingo
7, no le agradó nadita. Por eso desde el domingo guárdase de la prensa
la señorita consejera. Pregunto, y creo que ustedes también: ¿qué hará
ahora la ex alcaldesa? ¿Pedirá le devuelvan la cartita de amor que
entregó con tanta precipitación? ¿Argüirá que volvió a equivocarse? Ah,
qué contadora. Demasiados pasos en falso en los últimos tiempos. Qué
quemada, madre, qué quemada. Mejor volvamos a Viteli. De salvador sólo
tiene el nombre. Maquillado como auténtico panista, levantó ilusiones
entre PANificadores descorazonados de muchas partes de la ciudad. Pero
no hay mentira que dure. Como dije líneas arriba, los perendejos fueron
tan perendejos que ni siquiera abrieron los ojos cuando el patiño de la
senadora anunció que “personajes muy importantes del panismo uniríanse
a su equipo”. Pero, ¡oh!, ¡fraude!, cual parto de los montes de
Samaniego, las personalidades resultaron abortos fatales, no
ratoncitos, sino ¡ratonzotes!, mapaches patricistas del sexenio
anterior cargados de antifaces, largas uñas, mucho dinero y pésimo
historial. Fiel al libreto de Samaniego, don Salvatore representó al
político que, con voz melodiosa y estilo fanfarrón y campanudo, anunció
luchas portentosas que resultaron sólo parto de su pensamiento. Después
de tanto ruido, sólo viento. La noticia del engaño corrió como reguero
de pólvora por todo el Estado. Pobre PAN. No levanta cabeza. Pero en el
pecado tendrá la penitencia. Y eso no es lo peor. Lo más grave es que
la candidatura quedó en propiedad de la Zavala, individua de pésima
reputación y sucísimo pasado y presente, aliada de Patricio Patrón y
beneficiada en demasía con la corrupción del régimen neopanista. Entre
sus seguidores y apoyadores están los patricistas más agusanados del
panismo vernáculo.

¡PELIGRO!, MERIDA PUEDE CONVERTIRSE EN RATALANDIA… De Beatriz Zavala
hay mucho qué decir y escribir. En posteriores colaboraciones les
contaré infinidad de cosas de ella. Por ahora sólo diré que va por la
alcaldía con un cerebro lleno de ideas maniqueas, como éstas: “Si
ganara el PRI la democracia nacional estaría el riesgo, porque Mérida
es parte de un proyecto nacional priista para volver al autoritarismo,
la corrupción y la nula atención al ciudadano”. Risible y absurda forma
de pensar. Un triunfo priista no significaría regresar al
autoritarismo. ¡Qué mentalidad más caduca muestra la senadora! ¿Eso le
ofrece a los meridanos? Un triunfo del PRI tampoco significaría volver
a la corrupción porque ésta nunca se ha ido. Los panistas han resultado
más ladrones que los cuarenta de Alí Babá juntos, pero multiplicados
por mil. La podredumbre gubernamental no sólo no ha disminuido en el
régimen blanquiazul, sino que ha aumentado. Recordemos las pillerías de
la mafia que delinque en el Ayuntamiento de Mérida, los escandalosos
casos de la pirámide ceciliana, los abusos en mercados y la basura.
“Mérida, expresó también Beatriz Zavala, es un baluarte nacional de la
democracia y por ello hay que conservarla…”. ¿Conservarla para quién?
Lo adivinó usted, lector, ¡para el PAN, por supuesto! Porque las
mentiras de la legisladora tratan de influir en ustedes, ciudadanos,
para que el PAN siga aferrado al poder municipal aun cuando ya lo tuvo
casi 20 años. ¿Afianzarse al poder no es una clase de autoritarismo,
senadora Zavala?


CONCLUSION El proceso interno panista del domingo pasado es la mejor
prueba de que la militancia sometida de ese partido apoya cualquier
excremento que los patricistas le presenten como candidato (a). La
“victoria” de Beatriz aumentará, sin duda, la desesperanza de toda una
legión de panistas que no comulgan con el secuestro de su partido ni
con los secuestradores. Pero la imposición de Beatriz representa
también haber ganado la rifa del tigre. Sólo tenemos que dar tiempo al
tiempo para ver el episodio final de esa zaga. “No hay quien quiera más
a los meridanos que el PAN”, expresó cínica y tontamente en días
pasados la flamante delegada especial doña María Dolores del Río
Sánchez. Mentira, señora, mentira total. Si quisieran verdaderamente a
Mérida y sus habitantes hubiesen procurado tener candidatos honestos,
decentes y éticos, y no una pléyade de pillos apoyados por la mafia
municipal que buscarán operar desde el Congreso para ocultar sus
tropelías, en caso de ganar. No hay amor, meridanos, sólo enorme sed de
poder y ambición desenfrenada. Esa es la verdadera intención de Beatriz
y pillos que le acompañarán en la próxima campaña como candidatos. En
futuros artículos iré contándoles las “aventuras” de esos rufianes.
Pero ni Beatriz ni la señora Del Río les engañen. El PAN no es el mismo
que conocimos el siglo pasado, el que hablaba mucho de decencia,
honradez, democracia y política de servicio. Los neopanistas no conocen
lo que es servir. Son prepotentes que lucran con el quehacer público y
no aceptan que en los procesos electorales se puede perder o ganar.
Cuidado, los panistas no saben perder una elección. Maniqueos como son,
si pierden, dicen que les robaron; si ganan, fue procedimiento
democrático. Y como no saben perder, se convierten en criticadores
habituales. Para ellos, los procesos electorales son vía para
eternizarse en el poder. Y a éste lo perciben como patrimonio
partidista. Sólo nosotros, nadie más. Créense dueños, propietarios de
cargos públicos y posiciones políticas. Si no me creen, escuchen a
César Bojórquez y camarilla, o a los liderzuelos del PAN local
afirmando que Mérida es suya, que Mérida tiene que seguir siendo suya
porque, arguyen, llevan 20 años gobernando la ciudad. Volviendo a
Viteli, cabe decir que bien sabían Calderón, Nava y la señora Del Río
que los que rodeaban a muchacho no podían ser salvadores del PAN. Mucho
menos los zavalistas que son socios de Patrón Laviada. Los
calderonistas le deben mucho al patricismo por eso le permiten todo al
ex gobernador. Pero hagan lo que hagan es innegable que de los
gobiernos panistas, pésimos todos, no hemos obtenido los frutos que
esperábamos. Esto ha generado desencanto ciudadano. Los continuos
escándalos en que ha navegado el panismo local y nacional, su exclusión
y sectarismo, han dañado más la democracia mexicana y yucateca de lo
que pudo dañarla alguna vez el PRI. Y eso que los panistas pasaron casi
todo el siglo XX hablando de libertad, perfección, honestidad,
democratización y rendición de cuentas. Por eso hace tiempo que Acción
Nacional perdió toda ascendencia moral. La farsa del pasado domingo
siete para imponer a Beatriz Zavala, muestra descarnadamente la
indecencia del PAN y que sigue siendo un partido secuestrado, con una
militancia sometida y cooptada. Sus procesos internos más parecen robos
en despoblado que práctica democrática. Imposiciones, dedazos, compra
de votos, burla a la voluntad de los militantes, son métodos copiados a
aquel viejo PRI autoritario que tanto denostaron. El PAN, meridanos,
abran los ojos, obsérvenlo, reflexiónenlo, huele a viejo PRI, ¡es el
PRI autoritario redivivo! Nada queda de aquel partido que fundó Gómez
Morín. El mismo César Nava, su presidente nacional, lo confesó hace
poco tiempo: “en los últimos años los procesos internos han sido
completa farsa, han estado viciados de origen porque fueron simulados”.
¿Verdad, Salvador?, ¿verdad, Beatriz? En ese PAN local secuestrado
puede haber de todo, menos mística, ideales, principios y,
especialmente congruencia. Sus depredaciones ofenden e insultan a los
yucatecos.
Por eso NO MERECEN SEGUIR GOBERNANDO NUESTRA QUERIDA MÉRIDA… C.A.S.B.-
Mérida, Yucatán, 9 de febrero de 2010 [email protected]

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*Regidor NO panista del Ayuntamiento meridano