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Sanemos las cicatrices

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Andrés Manuel siempre se caracterizó por ser un excelente polemista, desde su debate con Diego Fernández de Cevallos, pasando por su “al diablo con sus instituciones”, siguiendo con su “despeñadero”, sin olvidar tampoco su amnistía, guardia nacional, etc.

Hoy, AMLO, vuelve a regalarnos una joya, y es que la semana pasada se hizo viral una petición que le hizo al Rey Felipe VI, pues le solicitó que pidiera perdón por los agravios cometidos por los españoles durante la conquista. Luego se hizo viral la carta.

España fue contundente con su respuesta, no iba a pedir perdón. Añadiendo que: “la llegada, hace 500 años, de los españoles a las actuales tierras mexicanas no puede juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas”.

Honestamente, debatir si España debe o no pedir perdón por los agravios cometidos durante la Conquista, se me hace una completa pérdida de tiempo, una distracción total a los problemas actuales que azotan a nuestro país.

Un par de presidentes de partidos políticos españoles desvirtúan que se cometiesen actos de barbarie durante la Conquista, lo cierto es que, son muchos historiadores los que confirman que sí hubo agravios, pero, reitero, solicitarle a un país que pida perdón por eventos ocurridos hace 500 años, se me hace una solicitud a destiempo, es anacrónico.

Hoy se habla mucho de los Derechos Humanos, y bajo el argumento de una violación sistemática de estos contra los pueblos originarios, es que se formuló dicha petición, y si bien, los DD.HH en ese tiempo existían por ser inherentes al ser humano, lo cierto también es que se ignoraba su existencia, (por favor, estamos hablando de los tiempos de la Inquisición Española, Romana, Portuguesa; y estamos hablando de la época en que se cazaba a las “brujas” y se les quemaba en la hoguera), la aplicación y respeto irrestricto de los Derechos Humanos es algo contemporáneo, por ende no pueden ser usados como argumentos para criticar un hecho de varios siglos atrás.

Además, ¿no los pueblos originarios, enemigos de los aztecas, coadyuvaron con los conquistadores para derrocar Tenochtitlán?

Si alguien debe pedirles perdón a los pueblos originarios de nuestro país, es el Estado, y nosotros, porque a lo largo de todo este tiempo, hemos ignorado su existencia, no conformes con ello, también los hemos discriminado, y olvidado.

Por ello, en el 2018, el director de general Adjunto Académico y de Políticas Lingüísticas del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, declaró que el 60% de las lenguas mexicanas están en riesgo de desaparecer. Y el CONEVAL en su informe informó que el 71% de los indígenas en México viven en la pobreza.

Si realmente queremos tener “memoria histórica”, somos nosotros desde México y dentro de México que debemos realizar políticas públicas, verdaderamente incluyentes para que los pueblos originarios puedan integrarse a la vida política, económica, social, cultural de nuestro país, para no quedar marginados ni olvidados ante una realidad dinámica por la “globalización”.

En lugar de mandar cartas por eventos que ocurrieron siglos atrás, pongámonos a trabajar para que las lenguas maternas, y los pueblos originarios no perezcan en el futuro.