Inicio Noticias Internacional Se presentará en Italia el libro Puente Calavera, poemario en el que...

Se presentará en Italia el libro Puente Calavera, poemario en el que participan dos creadores mexicanos

1269
Puente Calavera cuenta con un prefacio escrito por Matteo Grandi.
EL libro se presentará durante la segunda semana de junio en Italia y próximamente en México. 
 
Stefano Giaffreda, Jesús Vega y Ramón Gil reúnen su obra en el poemario Puente Calavera, publicado recientemente por Editorial Morlacchi y la “Fundación Calavera, Plumas y Huesos”. Será presentado en Italia durante la segunda semana de julio y posteriormente en México.
 
El título cuenta con 25 poemas de Giaffreda, 14 de Vega y 18 de Gil Ramírez, todos escritos en Italiano y en español. La portada se ilustró con la pieza “EL puente”, de José Manuel “Chema” Gil.
 
Nacido en Pachuca de Soto, Hidalgo, Ramón Antonio Gil Ramírez, es egresado de la carrera de Filosofía y Letras, graduado también en Literatura Moderna con especialidad en Filología Clásica por la Università degli Studi di Perugia, Italia y con Maestría en Lingüística y Aplicaciones Tecnológicas por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, España.
 
Gil Ramírez es autor de dos libros de poesía publicados en México “Para encender la ceguera” (Dirección de Publicaciones del Instituto Politécnico Nacional), y “Cinemetafísica” (Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Hidalgo); y de dos editados en Italia con la Morlacchi Editore: Per accendere la cecità y Coriandoli di luce. Cuenta con una destacada colaboración en Brasil, para la antología poética: Tenho tanta palabra meiga, impresa por Anome Livros.
 
Por su lado, Vega Arce, nació en Tulancingo, Hidalgo y estudió la licenciatura en Letras hispánicas y Filosofía. Él encuentra en ambas disciplinas de su desarrollo profesional “un sentido de la existencia que no son ajenos entre sí, navegando entre las eternas preguntas de la filosofía y la literatura, es la poesía no solo un medio, sino también un fin para responderlas a su manera”.
 
Es entonces que la escritura se vuelve para él una biografía, así como una constante introspección en la descripción del mundo, del amor, de Dios, de la muerte y del sentido de la existencia del ser humano. Donde la melancolía, el anhelo y la esperanza se ven entremezcladas y a veces desafiadas ante la mirada que la realidad da frente a la necesidad de imaginación y razón.
 
Stefanno Giaffreda nació en Gallipoli, Salento. Concluyó estudios técnicos y ha demostrado, desde siempre, amar la poesía. Una vez que se mudó a Perugia por motivos de estudio, organizó presentaciones literarias, encuentros conceptuales e iniciativas culturales. No obstante que ya escribía, empezó a publicar a partir de que conoció a Ramón Gil en el mítico Caffé Morlacchi y este lo convenció de colaborar para los poemarios: Per accendere la cecità y Coriandoli di luce, publicados a cuatro manos, en 2007 y 2008 – respectivamente -, por la editorial Morlacchi.
 
En el interior del libro, Stefano Giaffreda declara: “Puente Calavera, este puente invisible, más fuertemente presente en nuestras vidas, puente que yo y Ramón pudimos tocar, colorear, usar para enlazarnos cada vez que queríamos. Este puente, este arcoíris cultural, hecho de nuestras almas y de nuestras palabras, tan diferentes, pero tan cómplices de sentir otra vez la exigencia de expresarse juntas.
Y a lo largo de este camino, otro amigo, un alma joven, se unió a las nuestras, completando ese puente generacional que con la presencia de Jesús se embellece aún más.
El joven Jesús, el hombre joven Ramón, el hombre ya no tan joven, Stefano, guiando esta conexión en palabras, esta aventura que espero que les apasione al leernos.
A Ramón ya lo conozco muy bien, es ‘mi Hermanito’, pero perfeccionando la parte italiana de Jesús, abrí mi lectura sobre su alma. Esto es: la pasión, el amor, la naturaleza y la grandísima fe en Dios, son los temas principales de su visión ya madura del mundo y de su observación consciente de los sentimientos y de las cosas de la vida. Así interroga a un Dios que se encuentra en todos los aspectos de la cotidianeidad, impregna el amor, dispone la naturaleza, desencadena las Pasiones, y al mismo tiempo todos los elementos están, así como para cada hombre profundo, cada uno unido al otro. Y es la Naturaleza, por lo tanto, la misma prueba de que existe un Dios, como lo es el Amor, tierno, generoso, a veces sufrido, pero siempre apasionado.
Jesús ya es un poeta, a esa edad en que lo son aquellos que nacen, sabiendo que sus visiones no son un episodio, y si es que sabe darle continuidad a su escritura hablaremos de ello una y otra vez con más asombro. Bienvenido seas Jesús, estoy feliz de recibirte junto a Ramón en nuestro puente y en mi alma, y finalmente en esta experiencia que nos unirá para siempre”.
 
Puente Calavera cuenta con un prefacio escrito por Matteo Grandi en el que plantea y cuestiona: “ en la era de la poesía subterránea encarnada hoy más que nunca, en Italia y en el mundo, de la cultura rap al trap, en la época de las plataformas de self branding puestas a merced del internet, en el histórico periodo donde nadie lee más, donde se desmoronan los cánones de la enseñanza clásica sobre los cuales se basaba hasta hace algunos lustros la escuela, ¿la poesía es todavía un forma de arte actual y necesaria? ¿La emergencia comunicativa del artista de la palabra puede todavía encontrar arrebato y una sublimación en esta forma de expresión? ¿Y existe todavía un lector que no solamente esté dispuesto, sino que también sea capaz de comprender sus posibilidades y su vigor? ¿De dejarse fascinar por este modo de usar las palabras?
El propio Grandi responde: “Si uno tiene la fortuna de encontrarse con la poesía de Ramón Gil y Stefano Giaffreda la respuesta sólo puede ser afirmativa. Los versos del mexicano sanguinario y del salentino apasionado son un himno a la sensibilidad, son ímpetu creativo que arrastra y atrapa al lector en un mundo contemporáneo y romántico, urbano y clásico al mismo tiempo. Son la fuerza de la palabra que desafía las leyes del tiempo y que reúne ciudades, lugares, naturaleza y amor en dos plumas dotadas de un talento único: aquel de construir mundos fantásticos apoyándose en la realidad.
Después de pocos versos uno olvida de tener entre las manos un libro de poesía y se reencuentra protagonista de un viaje deseoso de afrontarlo con la curiosidad de un explorador y el entusiasmo de un niño, sin poder parar, devorando cada palabra, página tras página. Y esto, creo, es el arte del cual he hablado.
Esa capacidad de transformar lo común en algo bello, poner un medio, como la palabra, al servicio de un designio que conmueve y apasiona. Pero que, sobre todo, deja en el alma de aquel que la encuentra una marca indeleble”.