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¡Seamos libres!

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El sábado 8 de junio del 2019, se llevó a cabo la XVII Marcha de la Diversidad Sexual en Yucatán. Un poco más de cinco mil personas arribaron al Parque de la Mejorada en punto de las 16 horas, para hacerse escuchar y luchar por los derechos que les pertenecen.
Cabe recordar que hace dos meses, el Congreso de Yucatán rechazó la propuesta de reformar el artículo 94 de la Constitución Política del Estado de Yucatán, el cual establece que el matrimonio es exclusivo entre hombres y mujeres, para aprobar que el matrimonio también puede existir entre dos personas del mismo sexo.
Debido a que el tema era polémico, los legisladores decidieron que la votación debía ser secreta, claro, argumentando que tenían que cuidar la seguridad y el concepto del voto libre. Por si esto pareciese poco, a las afueras del Congreso, se aglomeraron diversos grupos que estaban a favor del matrimonio igualitario, y los que estaban en contra, este último acompañado de varias señoras que se pusieron a rezar para que no se aprobara la reforma previamente mencionada.
Al final, una ausencia, nueve votos a favor, y quince en contra determinaron que el Honorable Congreso del Estado de Yucatán prefiere creer en una sociedad estática, en lugar de entender que la sociedad es dinámica por naturaleza, y que las ideas, pensamientos, creencias cambian con el tiempo ajustándose al contexto, tal parece que no quieren entender que la sociedad, o una parte de ella, ya cambió.
Parecen no entender que el pueblo hoy exige políticos valientes, que asuman la responsabilidad de sus decisiones, no que les pidan a los camarógrafos, fotógrafos que se retiren para no evidenciar el sentido del voto; hoy la gente exige políticos empáticos, no que argumenten sufrir “heterofobia” o más chistoso aún decir que la libre elección podría orillar a una persona casarse con su perro. Ante una nueva realidad, necesitamos legisladores a la altura, hombres y mujeres líderes con la mente abierta, dispuestos a dar la cara, no a ocultarse.
Estamos finalizando la segunda década, de un nuevo milenio, y el activista Iván Gómez declaró en enero que, Yucatán es uno de los cuatro estados más bajos en materia de Derechos Humanos LGBT. Es irónico que un país que alardea diciendo que todas las personas tienen igualdad de derechos, se atreva a marginar grupos, y que, no conforme con esto, normalice esta marginación, y a pesar de los gritos, cada vez más fuertes, que exigen justicia e igualdad, decida taparse los oídos con leyes, artículos, los cuales sirvieron en su momento, pero que ya no corresponden a nuestra época.
Sería un tanto injusto encasillar a todo un país bajo esta idea, tomando en consideración que ya son varios estados los que permiten el matrimonio entre personas del mismo sexo, como lo son: Quintana Roo, Ciudad de México, Coahuila, Nayarit, Chihuahua, Jalisco, Campeche, Colima, Michoacán, Morelos, Chiapas, Puebla, Baja California, Nuevo León.
Pero… ¿En Yucatán cuándo? ¿Cuándo finalmente seremos todos libres e iguales?