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Ser Tonto por Culpa de Otros

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El miércoles 4 de agosto, ante los mercenarios de la fe que se
enriquecen con la mentira, una  mercancía que únicamente les cuesta
cierta imaginación para producirla, Calderón Hinojosa sentenció que el
crimen organizado avanza porque se enfrenta “a un pueblo desorganizado”,
y tiene razón en esta frase porque si la gente estuviera organizada ni
él, ni quienes abusan de su autoridad estarían en el poder.

De su lado, los jerarcas de los cultos religiosos, gente acaudalada
en su gran mayoría, principalmente quienes se ostentan como
monopolizadores de la verdad celestial, es decir, el purpurado católico,
responsabilizó a los medios informativos de pretender legalizar la
mariguana como un primer paso para que se acepte públicamente el uso de
otras drogas duras como la cocaína.

Además, señalaron que esos mismos medios impulsaban la desintegración
familiar al difundir noticias sobre la aceptación del aborto y las
bodas entre las personas del mismo sexo. ¿Por qué no dijeron que ello
es, en todo caso, una muestra de su rotundo fracaso como predicadores de
un dogma que castiga esas “perversiones”, así llamadas por quienes
encubren otras peores como la pederastia y su enriquecimiento a
hurtadillas?

Ahora, el ejemplo del que hablamos atañe a Felipe Calderón lo
utilizan los ineptos administradores de lo que era la Compañía Mexicana
de Aviación, un orgullo del transporte aéreo nacional, para
responsabilizar a sus trabajadores, pilotos y sobrecargos, de la caída
en picada de esa empresa vendida a precio de regalo sin consentimiento
de sus verdaderos dueños; el pueblo.

Según versión de quienes se apropiaron de Mexicana de Aviación en
forma por demás ventajosa, los costosos contratos colectivos de trabajo
son la causa fundamental de que la firma haya recurrido a la engañosa
figura de “concurso mercantil” (una quiebra en realidad) para eludir sus
compromisos laborales justamente ganados por pilotos, sobrecargos y
demás personal de tierra.

En ningún momento los administradores mencionan sus envidiables
sueldos. Serían felices ellos, y otros muchos empresarios, si los
trabajadores decidieran laborar sólo por unos cuantos pesos y, de ser
posible de forma gratuita.

Resulta entonces que "el pueblo desorganizado" y los trabajadores con
salarios y prestaciones aceptables son responsables de lo malo que pasa
en México. En el primer caso es una gran verdad, lo otro es uno más de
los excesos que se cometen contra la gente por esa misma desorganización
generalizada que hasta ahora ha sido incapaz de frenar los abusos del
poder como el cometido también contra los integrantes del Sindicato
Mexicano de Electricistas y sus familias.

Tiempo Extra

El secretario general de utilería del Sindicato (dizque) Nacional de
Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo, Metro, Jesús
Pereznegrón Pereznegrón fue forzado a cometer un acto de comicidad digno
de ser guardado en el libro de “Aunque usted no lo crea” del famoso
Ripley: “Nombró” vocero del gremio a Fernando Espino Arévalo. Todos
saben que en ese Sindicato quien decide, ordena y ejecuta desde lo más
jocoso hasta lo medianamente razonable es quien desde hace poco más de
tres décadas mangonea a la organización. Y como al susodicho no le
gustan este tipo de críticas lo hago públicamente responsable de mi
seguridad y la de mi familia… La Secretaría de Educación Pública, con
su flamante titular Alonso Lujambio, dan clases de mentira; le dicen a
la gente que se conmemorará el Bicentenario de la Independencia de
México con una fiesta nunca vista. La falsedad estriba en que ¿cuál
independencia?