Si la candidata del PAN a la alcaldía de Mérida fuera Ana Rosa Payán Cervera, sin duda otro gallo cantaría. La Contadora Pública le estaría dando al blanquiazul una sólida campaña política, con personalidad y avances firmes.
Ventajas que tendría Acción Nacional.
Ana Rosa tiene ascendencia sobre la militancia panista, la reconocen como un ícono de las luchas cívicas que le dieron al PAN un sentido político.
Con Ana Rosa, el PAN tendría una viable propuesta de gobierno. Conocedora de las necesidades de la Ciudad, la dos veces alcaldesa de Mérida sabe cómo usar el presupuesto público municipal para atender las demandas cívicas. Temas concretos como la recoja de la basura, el transporte público, la limpieza de parques y jardines, el ambulantaje, la iluminación en las colonias, fraccionamientos, barrios, comisarías y subcomisarías, por mencionar.
Con ella, el blanquiazul no estaría pasando problemas para dar a conocer el rostro de un candidato, que apenas los panistas conocen.
Con Ana Rosa Payán Cervera, el PAN tendría prestigio en su propuesta de gobierno. Ella demostró que pudo gobernar la Ciudad sin ningún problema dos veces, porque además de capacidad, trayectoria y formación política, está en su mejor momento político.
Las 72 propiedades que Vila no transparentó
La duda sobre la integridad, honradez y honestidad de Mauricio Vila es una ola creciente que podría estallar y dañar severamente la campaña del PAN. Ola que puede alcanzar hasta los diputados locales.
Si de algo podía presumir el actual candidato panista era precisamente de eso. Luego de la revelación, el daño parece irreversible.
Con Ana Rosa Payán eso no habría sucedido. Porque podrán acusarla de muchas cosas, menos de corrupta e incongruente.
El PAN se complicó las cosas luego de que “bajaron del Caballo” a Raúl Paz Alonzo. Y la solución la tuvieron siempre al alcance, pero no la tomaron. Se trataba de darle a candidatura a Ana Rosa, pero se negaron.
Mauricio Vila representa la oportunidad para los grupos políticos internos, para los dinosaurios azules, de regresar con privilegios y prebendas al calor del erario y el pago de favores políticos. Por ese motivo no le dieron a Ana Rosa la candidatura.
Ana Rosa renunció a su militancia panista en el año 2007, luego de que su partido, el PAN, le diera la espaldas y se entregara al gobernador Patricio Patrón Laviada, quien marcó la línea para que se favoreciera a su candidato Xavier Abreu en la contienda interna. Fue un absurdo, una incongruencia. Todo lo que el PAN había denunciado y condenado del PRI, lo practicaba a mansalva: uso del personal del gobierno del estado, equipos, automóviles, recursos. Fue escandaloso. Finalmente, la compra de votos. Así como suena.
Manuel Espino lo señala en su libro “de Cuerpo Entero”, que siendo presidente nacional del PAN, Felipe Calderón le ordenó “bajar a Ana Rosa”, cosa que finalmente sucedió por presiones del gobernador y sus seguidroes.
Ana Rosa Payán pues, es una ex panista dispuesta a luchar por su Ciudad hasta que el “cuerpo le aguante”.
Lástima por los panistas, porque con ella no estuvieran padeciendo por un candidato que simplemente no levanta y con él, tampoco el PAN.
