Uno de los grandes males de las ciudades es la necesidad de urbanizar los espacios físicos para dar lugar a habitación humana. Esto conlleva al riesgo de acumulación de líquidos que son resultado del uso y desperdicio de agua que los humanos necesitan para cumplir con sus actividades cotidianas. Como también puede provocarse la abundancia de agua a causa de fenómenos naturales que, al propiciar inundaciones, ponen en riesgo la vida o integridad de las personas y los bienes patrimoniales de las familias.
Ante esta situación los especialistas de la construcción y desarrollo urbano han desarrollado diferentes propuestas o mecanismo para deshacerse de esas aguas que son perjudiciales. Son los sistemas de drenajes. Desde una perspectiva urbana podemos decir que el drenaje se conforma de tuberías, sumideros o trampas, con sus conexiones, que permite el desalojo de líquidos, generalmente pluviales o sanitarios, de una zona población.
Un elemento urbanístico primordial que siempre ha estado presente en el desarrollo de las principales zonas urbanas hasta en civilizaciones antiguas. Desde la antigua Roma se han descubierto sistema eficientes y notables para desecharlas aguas pantanosas del subsuelo.
En la medida que la sociedad y las técnicas urbanas avanzan se proponen nuevas formas de construcción de drenajes. Como es el caso del drenaje inteligente o sostenibles. Lo importante es que se permita eliminar el agua contaminada o de desecho, como también, de la que constituye un riesgo para la integridad de la vida humana o la zona poblacional. Pero también que se pueda aprovechar el líquido sin que se contamine el manto freático.
La responsabilidad del cuidado del ambiente es una tarea de todos. Los desarrolladores inmobiliarios, en el compromiso de la sustentabilidad necesaria para garantizar un correcto desarrollo ecológico, deben procurar mejorar los sistemas de drenaje tanto pluvial como sanitario en beneficio de las zonas urbanas, de la higiene y el medio ambiente.
