Inicio Análisis político Alejandro López Munguía Sumisas y disciplinadas, las mujeres militantes no defienden sus derechos políticos

Sumisas y disciplinadas, las mujeres militantes no defienden sus derechos políticos

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Mujeresl Foto de Archivo.

Las mujeres militantes, no defienden sus derechos políticos.

Es una realidad, las mujeres que militan en partido político alguno, no defienden sus derechos políticos, una parte por miedo, otra parte por disciplina y el resto, por desidia o comodidad.

A menudo escucho a mujeres expresar su molestia por la falta de espacios y de oportunidades para sobresalir, en especial para ocupar cargos políticos, de gobierno o de representación popular. Se saben importantes pero no se sienten orgullosas de serlo.

En todos los partidos políticos las mujeres son las que mueven el voto en las colonias, y en sus centros de trabajo y convivencia. Sin ellas, no habría movilización del voto. Pero su esfuerzo no siempre es recompensado.

En los diversos gabinetes de los gobiernos en Yucatán, los cargos importantes los ocupan los hombres, que a menudo ni siquiera saben movilizar el voto ciudadano.

En el interior del estado, existen municipios donde aún prevalece la supremacía del hombre sobre la mujer, al grado de usar la violencia física. En Yucatán persiste la violencia política contra la mujer, eso es un hecho.

La violencia política se puede percibir en las expresiones cotidianas de la militancia, que se queja del maltrato de sus dirigentes y de sus delegados políticos. En el PRI, las denuncias abundan al señalar a su dirigencia actual.

Hay mujeres que son tratadas incluso a mentadas de madre, solo por emitir sus legítimas aspiraciones. Ahora que por Ley la mujer debe ocupar el 50% de las candidaturas, la violencia verbal se ha agudizado.

En Yucatán están pasando cosas que en verdad lastiman a las mujeres. Sigue la indiferencia, la marginación y la exclusión.

Y aunque existen excepciones, las mujeres se sienten maltratadas por el hombre dentro del terreno de la política. Basta revisar la estructura de los gobiernos Federal, Estatal y Municipales para darnos cuenta del desequilibrio en los cargos. Por cada siete puestos, uno lo ocupa la mujer.

En Yucatán existe una gran incongruencia en materia de igualdad. Las autoridades hablan de la importancia de la mujer en la política, la usan, pero no le conceden lo que por derecho le corresponde.

Sucede en todos los partidos políticos, y más ahora que viene el reparto de las candidaturas. En el PRI y en el PAN, por ejemplo, las principales candidaturas recaerán en hombres, pero eso sí, el voto mayoritario lo dan las mujeres.

Sin embargo, debo decir que esta situación es culpa de las mujeres, que han permitido que los hombres pasen por encima de sus derechos. Tan aguerridas y tan elocuentes en los dichos, pero en los hechos, se quedan quietas, no protestan, no actúan, no se defienden, no se unen.

Así no se puede, simplemente es imposible, a pesar de que tengan toda razón al quejarse.