El PAN está matizado de contrastes, por un lado las buenas noticias y por el otro las graves amenazas.
Celebrado el Consejo Nacional del PAN, queda un mínimo pero buen sabor de boca pues al parecer, llegó un dejo de autocrítica, que para dicho partido, es como un bálsamo, una alta dosis de aspirinas para una grave enfermedad llamada “ambición desmedida por el poder”.
Escuchar al Presidente Nacional del PAN, Gustavo Madero reconocer que los resultados electorales obtenidos el pasado día 7 de junio no fueron los esperados, es reconfortante para los propios panistas, pues les abre la puerta para un cambio de timón. El PAN solo obtuvo el 21% de la votación federal.
Madero afirma a su favor que no todo está mal, que la visión no debe ser de caos, pues de ser la tercera fuerza electoral en el 2012, pasaron a ser la segunda fuerza electoral del país.
Sin embargo, al interior del PAN hay quienes insisten en que con Madero, el PAN se hundió en los niveles más bajos de la democracia y rayó en el caciquismo político. Los panistas no coincidentes con Madero, se quejan de la exclusión padecida durante su gestión.
Con Madero, señalan se privilegió la lucha del poder, por el poder. La ideología se hizo añicos. Y los resultados están a la vista.
Para Arturo García Portil, ex secretario nacional de elecciones del CEN del PAN, los resultados obtenidos en la pasada elección federal, fueron más que desastrozos.
El Secretario General del PAN, Isabel Trejo, considera que se ha fallado, y lamenta el derrumbe electoral del partido.
Gustavo Madero dice que les salió caro firmar el Pacto por México, pero la realidad lo que le ha salido caro al PAN, es la violenta disputa por el poder, las candidaturas y la conveniencia política y económica.
El PAN no debiera centrarse en la evaluación de los números de los resultados electorales, sino en el análisis de las causas que le generaron la derrota.
Y es que, la misma dirigencia lo admite, tenían las condiciones favorables para vencer al Presidente Enrique Peña Nieto. Su estrategia se fijó en atacar su administración, basándose en la desaprobación social con la que entró un mes antes de la elección.
García Portillo vaticina que el PAN podría perder todo en las elecciones del 2016 frente al PRI, de no darse los cambios de fondo que el partido necesita.
Pero el PAN enfrenta nuevos retos, y nuevas amenazas.
LA CONTIENDA POR LA PRESIDENCIA NACIONAL, JAVIER CORRAL vs. RICARDO ANAYA
Los analistas advierten que en caso de ganar la presidencia del partido, Ricardo Anaya podría cerrar el círculo a favor del Gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle y tomar el control que le permita hacerse de la candidatura presidencial en el 2018.
A la izquierda, la imagen muestra a los integrantes de la Comisión Ejecutiva Nacional: Héctor Larios, María Álvarez, Luis Felipe Bravo, Marcela Torres, Kenia López, Silvia Garza y Francisco Gárate
En el marco de la próxima contienda interna para elegir presidente del CEN del PAN, se dan negativas señales de que las cosas no caminarán por la senda de la justicia y la “cancha pareja”. Resulta que Marcela Torres, integrante de la Comisión Ejecutiva Nacional que organizará la elección interna, está claramente identificada con Ricardo Anaya. En su cuenta de twitter escribió “Viene un cambio en la Presidencia Nacional del PAN, estoy segura, será queretano”.
El PAN se reacomoda, y en esos movimientos, la candidatura presidencial de Margarita Zavala de Calderón, está peligrando.
Gustavo Madero rompió relaciones con Felipe Calderón desde hace mucho tiempo, hoy le cobrará la factura a su esposa. Ricardo Anaya no desentonará en esa línea, máxime que forma parte de una generación diferente a los calderonistas.
Vienen tiempos de gran confrontación. Javier Corral es quizá, el panista que mejor identifica al panismo tradicional. En cambio Anaya, ha entrado en la dinámica del poder por el poder.
La autocrítica servirá para jubilar a Madero, y dar paso a un capítulo nuevo, de una novela meláncolica de corte melodramático: más poder, menos PAN.
Continuará…
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