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Una lucha de todos

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La revalorización del papel de las mujeres como entes fundamentales de la comunidad es un tema en boga, que no ha dejado de ser una asignatura pendiente, y que debe permanecer en la agenda social de modo habitual. Ha sido amplia la lucha que el género femenino ha llevado a cabo a lo largo de los años y además los ideales de esta causa son sumamente plausibles pues no procuran más que alcanzar la justicia por medio de la igualdad.

Las mujeres son pieza clave de todo tejido social y debe reconocerse tan trascendental labor en toda ocasión, pues independientemente de cuestiones culturales o cualquier otra variable, las féminas alrededor del mundo se distinguen por ser aguerridas, comprometidas y perseverantes.

En la actualidad, las mujeres se desenvuelven en diferentes ámbitos con admirable éxito, siendo un ejemplo de los extraordinarios resultados que se pueden obtener cuando hay empeño de por medio.

El sector empresarial hoy cuenta con notables referentes femeninos, así como el rubro político, pero de igual forma existen liderazgos de mujeres en los campos académicos, religiosos y comunitarios. Cada vez se vislumbra más cercano un futuro en el cual no exista una brecha de género, sin embargo, debemos trabajar en conjunto para conseguirlo.

Por supuesto que es significativo el contar con fechas especiales que nos hagan reflexionar y celebrar a las mujeres, pero considero que todos los días del año deben ser empleados para respetar y alzar la voz por los derechos de las mujeres. En el mismo orden de ideas, los hombres también debemos asumir un rol en esta lucha por la equidad, pues debemos ser parte de la solución para contribuir al bien común.

El género masculino debe adoptar el compromiso por concientizar y promover una cultura en la cual sean respetados y garantizados los derechos humanos de todas las personas sin importar su sexo u otras variables.

Seamos congruentes y apoyemos aquellas causas justas en las que creemos. Es necesario crear una sinergia positiva para cambiar paradigmas que generan barreras para el desarrollo. Así, mujeres y hombres tenemos el deber de actuar de la mano con tenacidad, liderazgo y determinación.