Por Alex López Sánchez, comentarista deportivo de Mi Punto de Vista.
Ganar la Copa Oro no es un logro, es una obligación. Lo peor de todo fue cómo se ganó, en una zona donde el fútbol es de un nivel bajo, donde hay equipos semi-profesionales como es el caso de Cuba y donde la corrupción es lo mas relevante, así es la CONCACAF.
De 6 partidos jugados, solo se ganaron 4, de los cuales 2 fueron ganados gracias a 2 penaltis demasiado dudosos. Claro, esto no fue culpa de nuestros jugadores, ellos hicieron su trabajo, pero, ¿por qué tener que llegar hasta esas instancias?, la respuesta es fácil y sencilla, México ya no sabe a qué juega. Por lapsos pareciera recuperar el sentido, pero siempre volvemos a lo mismo.
En un articulo anterior lo comenté, el sistema que “el piojo” Herrera parecía haber dominado se le fue de las manos, no tiene capacidad de respuesta a lo que el tipo de partido requiere, el hombr no es estratega. Bien lo vimos ante Panamá, pasar del 5-3-2 al 4-4-2 era lo necesario, para ganar la media cancha con un recuperador y un armador, permitir a los volantes encontrar profundidad y controlar el partido con la ventaja de jugadores que se tenia desde el minuto 27. En cambio pasó al 4-3-3 metiendo a otro delantero, perdiendo la medía cancha y permitiendo a Panamá tener el control no solo de la media, sino del partido.
Ahora un nuevo escándalo para el entrenador, golpea a un periodista que critica su trabajo (Christian Martinoli), una critica que Herrera pedía a gritos al inicio de su gestión. Dejémonos de lo personal y vamos a lo laboral, si una persona que pierde los escrúpulos de esa manera y que piensa con el hígado antes que con la cabeza sigue como entrenador de México, esperemos los peores resultados y seguramente una vez más, sufriremos para clasificar al mundial. Al tiempo, mientras tanto, estamos ante una “piojada” más del “piojo” Herrera.
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