Columna de Jessica Saidén Quiroz para Mi Punto de Vista.
Ausente – por llamarlo de alguna manera – entre las grandes noticias predominantes de los últimos tres meses, el Nuevo Tratado Multilateral, USMCA o T-MEC, regirá las relaciones comerciales entre los Estados Unidos, México y Canadá.
Una de las últimas acciones ejecutivas del ex presidente Enrique Peña Nieto, este acuerdo fue resultado de múltiples mesas de trabajo entre las tres naciones. Motivados por las amenazas del Presidente Donald Trump de retirarse del Tratado de Libre Comercio, la delegación mexicana para la renegociación estuvo encabezada por Idelfonso Guajardo Villareal.
La importancia y relevancia de la relación comercial entre los 3 países es cuantitativa: al año más de 19 billones de dólares se producen en bienes y servicios, se estima que más de 100 millones de dólares por hora se intercambian entre los 3 países, el PIB de las naciones signantes del acuerdo ha crecido, en promedio, 2.6% sostenido durante este período.
Alrededor de 1 millón de personas y 300 mil vehículos cruzan todos los días las fronteras entre Estados Unidos y México; de 1999 a 2013, las exportaciones mexicanas dirigidas a América del Norte crecieron 597%, México es el tercer proveedor más grande de sus contrapartes y su segundo cliente comercial más importante.
Aún así, el USMCA o T-MEC tendrá que someterse a la aprobación legislativa de las naciones participantes, quienes tendrán 60 días para revisarlo, proponer modificaciones y posteriormente, aprobarlo o no.
Entrará a la arena de la negociación los intereses políticos, porque hay que recordar que el Congreso Estadounidense se encuentra dividido, la Cámara de Representantes tendrá dominio demócrata y la de Senadores, republicano.
Considerando la personalidad polémica de Donald Trump, sumado a la posibilidad – aunque remota – de que sea destituido a través del juicio político o impeachment, el proceso de aprobación estará vinculado a las demandas que tengas los liderazgos de la oposición, especialmente en el tema migratorio.
Por nuestra parte, aunque el Presidente Andrés Manuel López Obrador tenga mayoría relativa en ambas Cámaras, se apuntaría un triunfo si contara con la validación total del Legislativo; ahí veremos la primera prueba importante de su equipo de negociación política.
Hay que reconocer que Donald Trump es un bussinesman, un implacable tiburón – negociador, cuya mente oscila hacia la reelección y hacia mantener el apoyo de su base electoral, aquella, cuyas características sociológicas son muy precisas.
El Nuevo Tratado cuenta con 34 capítulos y diversos anexos, que iremos analizando, contrastando y comparando desde la perspectiva económica, social y política.
Ofreceré, en las siguientes entregas, Mi Punto de Vista, tratando como siempre de preponderar la objetividad de mis aseveraciones y argumentos (Continuará)
