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A Sahui le hicieron lo mismo que a Nerio y a Jessi Saiden

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A Sahui le hicieron lo mismo que a Nerio y a Jessi Saiden.

La derrota del PRI en Yucatán no solo se explica por el hartazgo social en su contra, o por el fenómeno López Obrador; no es tan simple. También se hicieron cosas que no son fáciles de entender pero que con un poco de ayuda van tomando sentido.

En el 2012 y en el 2015, Nerio Torres Arcila perdió las elecciones a Presidente Municipal de Mérida, la capital de Yucatán. Perdió cuando todos daban por hecho que ganaría. En la primera, ganaron muchos candidatos del PRI, menos él. En la segunda, también ganaron muchos, menos él. El voto cruzado le fue aplicado con esmero.

En el 2012, Mauricio Sahui Rivero, candidato a Diputado Federal por el III distrito con sede en Mérida ganó la elección; y en el 2015, por el mismo distrito ganó Pablo Gamboa Miner. En ambas ocasiones Nerio perdió.

Las dos derrotas de Nerio fueron golpes muy fuertes a su carrera política, tanto que terminó alejado de la actividad. Sus enemigos políticos lo hicieron perder las dos elecciones y con ello, se aseguraron de que no se les fuera a cruzar en el camino rumbo al 2018.

La vida le dio a Nerio una satisfacción ligera al ver derrotados a sus detractores. Sin duda se regocijó con el resultado de las elecciones del pasado 1 de julio, donde el PRI prácticamente fue borrado del mapa electoral.

En el 2015 Nerio obtuvo la candidatura a petición del propio Gobernador Rolando Zapata Bello, quien defendió su apuesta con el Presidente Peña Nieto. Nerio era el candidato del Jefe Político de Yucatán y no podía perder. Era imposible pensar en algo así. Sin embargo, el poder del voto cruzado fue más intenso y eficaz.

¿Pero, quién o quienes hicieron el fuego cruzado?. Nerio siempre sostuvo la idea de que siendo el candidato del Gobernador, no podía perder. Luego entonces, alguien hizo la travesura y otros la avalaron y muchos la ejecutaron.

Nerio no la vio venir. Pero después del 2015, su carrera política estaba descarrilada.

A Jessica Saiden le sucedió lo mismo. Siendo la candidata del PRI a la Presidencia Municipal de Progreso, Yucatán, recibió la puñalada por la espalda de diversos actores políticos bien identificados.

La joven Abogada jamás recibió el apoyo total de los grupos políticos, a pesar del compromiso que hicieron ante el Gobernador y Jefe Político del PRI, Rolando Zapata Bello. El voto cruzado fue horrible. En esa Zona ganaron todos los candidatos del tricolor, menos ella.

El golpe fue brutal para la carrera política de Jessica. Gracias a esa arremetida, la gente abrió los ojos y abandonó al PRI, para darle la oportunidad al PAN, que postuló en el proceso 2018, a Julián Zacarías ganador con un resultado contundente.

Lo que le hicieron a Jessica Saiden fue el preámbulo del caos en esa zona.

El voto cruzado alcanzó a Mauricio Sahui Rivero, que siempre estuvo alertado de esta situación. Sin embargo, el ex diputado federal y ex presidente del PRI, se confió.

Sahui se confió como se confió Nerio y como se confió Jessica. El voto cruzado fue promovido desde adentro de la familia priísta.

Pero en esta ocasión fue diferente, de milagro ganaron unas diputaciones y alcaldías. Fue horrible.

El golpe sin duda es brutal para un hombre que dos veces fue derrotado en las oficinas del PRI. Dos veces quiso ser el candidato a la alcaldía de Mérida y las dos veces fue derrotado por decreto.

Los tres personajes políticos en comento cometieron el error de confiarse. Claro que habrán quienes los descalifiquen por propia apreciación, sin embargo, solo estoy relatando los hechos.

Las preguntas que asaltan la mente de quienes vemos la realidad con crudeza son: ¿Por qué el candidato a Senador Jorge Carlos Ramírez Marín obtuvo más votación que el candidato a Gobernador Sahui?, ¿Por qué el Jefe Político permitió el voto cruzado?, ¿Por qué el candidato Sahui nunca protestó por el fuego amigo?.

El fuego amigo que sufrió Sahui, es el mismo que padecieron Nerio y Jessica.

Mauricio Sahui negó públicamente que hubiera fuego amigo en su contra, pero en “corto”, siempre supo que lo hubo. Y no protestó enérgicamente.

Las campañas de Nerio y de Sahui fueron muy parecidas. Incluso podría decir que fueron calcas. Fueron figuritas de un mismo álbum. Durante su campaña perdieron liderazgo, dejaron que los manejaran a su antojo y perdieron identidad.

Nerio y Sahui solo recibían órdenes y cuando se les proponía algo respondían similarmente “hay que comentarlo con el Gobernador”.

Ambas campañas tuvieron la misma directriz y la misma forma. Luego entonces el mismo fondo.

Teniendo el reflejo, Sahui nunca levantó la cara. De haberlo hecho se hubiera visto en Nerio, tal cual.

Ahora son víctimas y ya forman parte de la historia, esa parte que habla de la tristeza y la amargura de no haber podido ganar su elección.