Con la declaración de Luis Martínez Arellano, asesor jurídico del Partido Acción Nacional, se comprueba una vez más que la estrategia política del blanquiazul es el ataque mediático en lugar de privilegiar la aplicación de la ley. Con bombos y platillos, el "importante" medio de comunicación vinculado a la causa azul en Yucatán, ha tomado en primeras planas las demandas y acusaciones que se han hecho en contra del Ejecutivo del Estado.
Se aplaude, que en lugar de dar privilegio a la lucha mediática, se recurra a la demanda y al proceso legal para dar certeza a los actos que se dicen violatorios del marco legal vigente. ¿Pero qué sucede cuándo la parte acusadora se "desiste" de continuar con el proceso legal?
Si una persona acusa a otra, ambas partes tienen el derecho de aportar elementos que desahogen la causa: al acusador con las pruebas incriminatorias, y por su parte, el acusado de defenderse de la acusación.
Si como dice la nota que "…el PAN sí se desistió de sus tres recursos y la autoridad electoral nunca entró al estudio a fondo de esos casos", puedo entender que el Ejecutivo ganó.
Es como si fuera un partido de cualquier deporte donde no llega a completarse un equipo, el que sí cumplió, tiene la victoria sin haber jugado el mismo.
Ahora que sale a luz pública la verdad de que no pudieron comprobar nada, por qué por "buenas gentes" se desistieron, y no se puede ocultar ante la ciudadanía que al Gobierno no se la impuesto una sanción administrativa o legal, son ellos, los panistas, quienes intentan confundir.
Queda muy claro, porque una resolución legal no puede dar pies a la incertidumbre, a la inexactitud, a la desviación y mala interpretación, que el PAN no ha podido, o mejor dicho no ha querido, ya sea por incompetencia o así convenirlo, comprobar una mala actuación del Ejecutivo Estatal.
¡Pero que bien se ven los descalificativos en los medios de comunicación!
