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AMLO le dio la espalda a Irma Eréndira y a John Ackerman

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¿Por qué AMLO le dio la espalda a Irma Eréndira Sandoval?.

El golpe fue severo, muy rudo, excesivamente violento por parte del presidente López Obrador hacia una de sus más allegadas, abnegadas y leales súbditas dentro de la 4T, nos referimos a Irma Eréndira Sandoval, a quien relevó del cargo de titular de la Secretaría de la Función Pública.

Con el agravante de que le dio el cargo a un prominente “salinista”, Roberto Salcedo, quien fue funcionario dentro de la administración del ex presidente Carlos Salinas de Gortari, en la contraloría del Estado.

Para el presidente AMLO no contó que tanto Irma Eréndira como su esposo, el afamado académico John Ackerman, hayan sido de los más feroces defensores de su proyecto. De hecho, en los dos primeros años de su mandato, no dieron descanso en las redes sociales a los enemigos de la 4T. Ackerman desde su programa en canal 11 no dejó de armar la bronca contra los anti lopez obradoristas, en especial contra los consejeros del INE.

No bastó su esfuerzo, ni su enjundia, ni su fervor Obradorista. AMLO los pasó por la guillotina al no perdonarles que hayan descarrilado la candidatura al gobierno del estado de Guerrero de su preferido, “el toro” Félix Salgado Macedonio.

Se han quedado fuera del escenario. Lejos de la mirada del mandatario, en el ostrascismo, marginados de los afectos presidenciales.

El matrimonio fracasó en sus intentos por hacerse de más poder político, de no consolidarse como puntales ideólogos de la 4T. AMLO los ha dejado en el descrédito y la burla política.

Su error fue no preguntarle al presidente ¿qué es lo que procedía?. Ellos adujeron que AMLO dejaría pasar sus intenciones y hasta podrían sorprenderlo. Pero se toparon con piedra tabasqueña. Los pescó en sus maniobras y los castigó, desterrándolos del paraíso.

Ahora a esperar. Ackerman voltea la mirada hacia Morena, pero olvida que el partido tiene un dueño y ese, no los quiere. Lo mejor sería que se retiren de la vida pública por un buen rato y tal vez con el tiempo, las cosas mejoren, según el cambio de humor del presidente.