Andrés Manuel López Obrador aceptó que el plan anticrisis del
presidente Felipe Calderón tiene un “anuncio significativo” al decidir
la construcción de una nueva refinería en territorio nacional, con el
que se cierra la posibilidad de que capital privado se haga cargo de la
producción de gasolina en el país.
Aseguró que esto es un
“triunfo” de su movimiento y el retroceso, consideró, de una intención
privatizadora del gobierno federal.
Amagó con iniciar
movilizaciones en las cámaras del Congreso de la Unión, de haber visos
de una reforma energética “privatizadora”.
Ahora, el tabasqueño
encabezó su asamblea informativa en el Hemiciclo a Juárez de la ciudad
de México, y desde ahí, ante simpatizantes de su movimiento, acusó al
gobierno de Calderón de haber actuado tardíamente para enfrentar los
efectos de la crisis financiera internacional.
“Con el uso de la
reservas del Banco de México para detener la devaluación del peso se
dio un rescate encubierto a los potentados de siempre, que mediante la
especulación, auspiciada y tolerada desde arriba, se han devorado, en
un abrir y cerrar de ojos, 9 mil millones de dólares, que significan
más de 10% de nuestras reservas”, opinó.
Exigió que se
investigue y castigue a los responsables, “no sólo a los especuladores
sino a los funcionarios que tomaron esta decisión”.
En la
concentración, López Obrador advirtió al PRI y PAN que si aprueban una
reforma que abra la puerta a la privatización del sector energético
movilizará a todo el país en defensa de la soberanía petrolera nacional.
Llamó
a los brigadistas y a los legisladores del Frente Amplio Progresista
(FAP) —PRD, PT y Convergencia— estar atentos a iniciar acciones de
resistencia civil pacífica en las cámaras, en cualquier momento, ante
un eventual acuerdo contrario a los intereses nacionales.
Acusó,
sin presentar pruebas, al empresario Claudio X. González de actuar para
convencer a Manlio Fabio Beltrones, Enrique Peña Nieto, Francisco
Labastida, Emilio Gamboa y Beatriz Paredes, “para terminar de amarrar
la alianza con Calderón y llevar a cabo la privatización del petróleo”.
Aunque
dijo tener las evidencias de que el presidente del Consejo Mexicano de
Hombres de Negocios opera en favor de la privatización del sector.
A
López Obrador lo acompañaron Carlos Navarrete, Alejandro Encinas, Pablo
Gómez, Agustín Guerrero, Dante Delgado, Arturo Núñez, Alberto Anaya y
Laura Itzel Castillo.
Aprovechó la asamblea informativa para
referirse a las elecciones de 2006, de sus advertencias hace 14 meses
de la crisis financiera que viviría Estados Unidos y las medidas
implementadas por el gobierno mexicano.
Pero insistió en no
permitir la privatización “abierta o disfrazada” del sector, ni los
contratos de riesgo o a un nuevo régimen administrativo de Pemex que
permita el “contratismo” sin regulación.
Dijo que no se
permitirá que empresas nacionales “y menos extranjeras” reciban
extensiones territoriales o áreas en aguas abiertas para explorar y
explotar yacimientos petrolíferos, particularmente los de aguas
profundas.
