La CODHEY abandonó a la sociedad.
Mientras la sociedad estaba siendo agredida por la policía, la Comisión de los Derechos Humanos en Yucatán hacía mutis y se regocijaba aplaudiendo al Gobernador del estado que en esos momentos celebraba su primer año de gestión.
Con su actitud, la famosa CODHEY rindió pleitesía al autoritarismo y a la represión. Dejó en la basura la sagrada encomienda de defender a la ciudadanía del abuso de la autoridad.
Poco importaron los años de lucha, de intensa y de dolorosa lucha social y política, para darle a la ciudadanía una institución que la acompañara en el trayecto de vida y la defendiera de todo acto oficial que lastimara sus derechos.
El domingo 19 de enero pasado, la policía “contuvo” (del verbo contener, que significa impedir), la libre expresión de la población, lo que a todas luces es una violación al Derecho Humano que tiene todo ciudadano en Yucatán y en México. Pero la CODHEY calló, se guardó y se alió a la represión contra la ciudadanía.
Hasta el momento, la CODHEY no se ha pronunciado en contra de la represión, mucho menos ha dado la cara para solidarizarse con los ciudadanos agredidos.
La CODHEY es una vergüenza para Yucatán. Los ciudadanos están solos y abandonados, porque esta institución está rendida a los pies del gobierno.
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