SÍDNEY, 21 jul (Reuters) – Los dos estados más grandes de Australia han informado el miércoles de un fuerte aumento de nuevos casos de COVID-19, lo que supone un mazazo para las esperanzas de que se levanten las restricciones por confinamiento con más de la mitad de la población del país bajo órdenes de permanecer en casa.
El estado de Nueva Gales del Sur (NSW), donde se encuentra la ciudad más poblada del país, Sídney, registró 110 nuevos casos, frente a los 78 de la víspera, casi cuatro semanas después del confinamiento de la ciudad y sus alrededores para contener un brote de la virulenta variante delta.
El estado de Victoria registró 22 nuevos casos, frente a los nueve del día anterior, lo que supone el mayor aumento desde que comenzó el brote este mes, a medida que se acerca su segunda semana de confinamiento estatal.
Los responsables de la sanidad han manifestado que su mayor preocupación es el número de personas con el virus activo entre la población antes de recibir el diagnóstico de COVID-19, y que la cifra debería estar cerca de cero antes de levantar el confinamiento.
Según la gobernadora Gladys Berejiklian, ese número se elevó a 43 el miércoles, el doble que el día anterior, y no podía asegurar hasta la semana siguiente si la ciudad saldrá del confinamiento antes del 30 de julio, el día señalado inicialmente.
Nueva Gales del Sur añadió tres centros regionales a unos 250 km de Sídney a la lista de zonas confinadas después de que un repartidor de comida para mascotas diera positivo allí, lo que hace temer una transmisión local.
Las autoridades de Victoria, por su parte, afirmaron que 16 de sus 22 nuevos casos estuvieron en cuarentena durante su periodo infeccioso, mientras que los focos de exposición de los seis restantes fueron “razonablemente bajos”.
Un tercer estado, Australia del Sur, entró el miércoles en su primer día completo de confinamiento de una semana, y notificó un caso más.
