SÍDNEY, 23 dic (Reuters) – Varios estados de Australia reintrodujeron el jueves restricciones contra el COVID-19, como el uso obligatorio de mascarillas en interiores, límites de capacidad y controles con códigos QR, después de que los contagios diarios alcanzaron un nuevo récord, alimentados por la infecciosa variante ómicron.
Los cambios en las medidas, que afectan a 17 millones de personas a dos días de la Navidad, suponen un revés a los planes del país para una reapertura permanente tras casi dos años de confinamientos parciales mientras la nueva variante hace estragos en la comunidad a pesar de tasas de doble vacunación de más del 90%.
Las hospitalizaciones y las muertes siguen siendo bajas, pero la explosión de infecciones ha creado el riesgo de que los trabajadores sanitarios tengan que aislarse al dar positivo, según las autoridades.
El país, de 25 millones de habitantes, registró más de 8.200 nuevos casos, el mayor aumento diario desde que comenzó la pandemia, tras un récord anterior de 5.600 un día antes, principalmente en los estados de Nueva Gales del Sur (NSW) y Victoria.
El primer ministro Scott Morrison ha prometido no volver a los confinamientos, diciendo que los australianos deben ahora asumir la responsabilidad personal de gestionar su salud.
A pesar del aumento de los casos, las hospitalizaciones siguen siendo mucho más bajas que durante la oleada delta, con unas 800 personas hospitalizadas de los casi 44.000 casos activos.
