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Café y tarta contra la pobreza y la soledad de los jubilados en Austria

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Viena, 2 jul (EFE).- La música de un viejo tocadiscos, pasteles recién horneados y un equipo de abuelos y abuelas reciben a los clientes en Vollpension, una cafetería en el corazón de Viena que emplea a pensionistas que con este trabajo afrontan la pobreza y la soledad que, a menudo, acompañan a la jubilación.

“Es difícil de creer, pero la pobreza en la vejez es un problema importante en Austria, los afectados suelen estar muy solos”, describen la situación en su página web Vollpension, un proyecto que empezó en 2015 con una cafetería, y que tiene ya tres locales.

SOLEDAD

Según las cifras oficiales, casi la mitad de los austríacos mayores de 60 años vive solo. Entre los mayores de 65, ese porcentaje es del 30 %.

“Todos los que trabajan aquí reciben dinero, ganan un pequeño ingreso extra junto a su pensión, que suele ser muy baja”, cuenta David Haller, uno de los treintañeros que creó Vollpension.

La idea inicial, crear un punto de encuentro entre jóvenes y mayores, evolucionó hacia un auténtico proyecto social en el que los jubilados, que suponen la mitad de los 80 trabajadores, no sólo llenan horas del día sino que, muchos, luchan contra la precariedad.

Y POBREZA

La organización benéfica Volkshife estima que los mayores de 65 años suponen un 15 % de todos los habitantes en riesgo de exclusión o pobreza.

La situación es más grave entre las mujeres: su pensión media es de 1.016 euros, 600 menos que la de los hombres, y por debajo del umbral de riesgo de pobreza para jubilados que viven solos.

La inmensa mayoría de los pensionistas que trabajan en Vollpension son mujeres.

COMO EN CASA DE LA ABUELA

Una de ellas es Marianne Hofmann, de 77 años, quien decidió unirse a Vollpension para tener unos ingresos que le permitan afrontar el alto nivel de vida de Viena.

“Llevo muchos años sola. Además, necesito dinero, la vida es muy cara”, explica a Efe Hofmann, que tiene dos hijos que viven fuera de la ciudad.

Marianne confiesa que ha encontrado en Vollpension el mejor lugar donde pasar su tiempo, un espacio que comparte con una “familia escogida” que le anima a cumplir sus sueños, como hacer paracaidismo.

Junto a jóvenes baristas, esta “oma” (en alemán, abuela) sirve dulces tradicionales, como tarta de manzana, bizcochos de chocolate o pasteles de plátano, que acompaña con una entrañable conversación y un trato cercano con los clientes.

“Las mejores tartas no se consiguen en el Hotel Sacher o en la pastelería Damel (prestigiosos locales de Viena), se consiguen en la casa de la abuela. Conseguir la mejor tarta y crear un lugar donde las diferentes generaciones se reúnan es en lo que consiste Vollpension”, subraya Haller.

ABUELOS “STREAMERS”

“Nuestros ancianos necesitan este dinero, así como conectar con el resto, porque con la COVID sus problemas fueron mayores, al tener que quedarse en casa”, recuerda el cofundador de Vollpension.

Para hacer frente a los sucesivos cierres provocados por la pandemia en Austria, los baristas más jóvenes dieron el salto al “streaming” de la mano de los más mayores, que no dudaron en ponerse ante las cámaras para enseñarle al mundo sus cursos de cocina.

“Tuvimos que pensar en diferentes maneras de integrarlos, también nos adaptamos a un modelo de negocio de pasteles para llevar”, cuenta Haller.

APOYO A LAS “BABUSHKAS”

El contexto social todavía guía a Vollpension, que ante la llegada de refugiados ucranianos que huyen de la invasión rusa, decidió incorporar en su equipo a “babushkas”, o abuelas ucranianas, que han aportado al local dulces típicos de su país.

De momento, ya son cinco ucranianas las que participan en el negocio, aunque no pueden cobrar más de 110 euros al mes, el límite de ingresos en Austria para no perder la ayuda de 250 euros para refugiados.

“Dividiremos las propinas de tal manera que reciban un salario justo, a pesar de las restricciones”, detalla la cofundadora de Vollpension, Julia Krenmayr en un comunicado.

Haller espera que esta ayuda a las abuelas y abuelos pueda traspasar las fronteras y convertirse en un sistema mundial.

“Nuestra visión es un mundo en el que mayores y jóvenes aprenden con y de los demás a un mismo nivel, viven juntos y se ayudan mutuamente”, remarcan desde Vollpension.

Marina Sera