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Comisario de Medioambiente: “Tenemos que dejar de hablar y empezar a actuar”

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Bruselas, 30 oct (EFE).- Limitar el cambio climático es posible, pero hace falta actuar con determinación en esta misma década, según el comisario europeo de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius, quien en vísperas de la COP26 pide también que el CO2 no eclipse la importancia de proteger la biodiversidad de fauna, flora y fungi.

“Tenemos que dejar de hablar y empezar a actuar (…). La ciencia nos ha dado un marco de tiempo claro, destacando que los próximos 10 años son cruciales para la acción del planeta”, señaló Sinkevicius en una entrevista con EFE en vísperas de la conferencia climática de Glasgow (Reino Unido).

Esa urgencia se apoya en los informes del IPCC, que proyectan una subida de temperaturas de 2,7 ºC a final de siglo si no se cambia de rumbo, lo que supone un ascenso muy superior a los 2 ºC más de máxima, con el objetivo de limitar el avance climático a 1,5 ºC, que fijaba el Acuerdo de París.

GRANDES AUSENCIAS

La cumbre de Glasgow, que debe medir los progresos y marcar la hoja de ruta en la lucha climática desde 2015, estará marcada por la ausencia de algunos de los jefes de Estado países de peso, como Rusia, China o Brasil, lo que arroja unas perspectivas pesimistas sobre el éxito del foro.

“Lograr avances tangibles en la acción climática internacional no ocurre en el transcurso de una COP (…), es un proceso incremental, pero se han logrado avances. Cuando la UE se comprometió con la neutralidad climática para 2050 hace dos años, pocos creían que Japón, EEUU, Corea del Sur, Australia o China seguirían su ejemplo”, responde Sinkevicius.

LIDERAZGO EUROPEO

La Unión Europea llega a Glasgow con los deberes hechos, sobre el papel, tras aprobar una ley climática que obliga a la UE a reducir sus emisiones en 2030 en un 55 % respecto a 1990 y a descarbonizar su economía para mitad de siglo, aunque su desarrollo legislativo está aún en pleno proceso de negociación interno.

“La UE sólo contribuye con el 8 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Sin embargo, como continente, Europa tiene el sentido de la responsabilidad de liderar el camino en la lucha contra el cambio climático”, explica por correo electrónico el el político de la Unión Lituana Agraria y de los Verdes, quien asegura que la Comisión Europea “presionará” al resto para avanzar.

COMBUSTIBLES FÓSILES

La UE compra hidrocarburos, por lo que tiene un interés evidente en reducir las importaciones de combustibles fósiles y sustituirlos por fuentes propias y renovables, limpias y cada vez más baratas. Pero esa transición no es tan evidente en los Estados que llevan décadas vendiendo energía fósil.

“Los grandes países productores de petróleo y gas ya se están dando cuenta de que el futuro de nuestras economías no está en los combustibles fósiles”, responde Sinkevicius, quien subraya que esta misma semana Arabia Saudí ha anunciado su intención de alcanzar las cero emisiones netas para 2060.

El político lituano -que con 30 años es el comisario europeo más joven- considera que ese gesto es “muy prometedor y representa un cambio de posición significativo” y llama a otros a seguir el mismo camino porque el cambio climático también les afectará a ellos, porque la demanda de hidrocarburos caerá y con ella los precios pero, también, porque habrá política de “palo y zanahoria”.

“Las zanahorias incluyen diferentes formas de cooperación e inversión, y ser parte de la comunidad internacional que está abordando el cambio climático. Los palos se relacionan con las reglas internacionales que restringirán las emisiones. Un ejemplo obvio aquí sería un impuesto sobre el carbono o un mecanismo de ajuste de la frontera del carbono”, explica.

BIODIVERSIDAD

“El rápido colapso de las especies y la naturaleza, sistemas que sustentan colectivamente la vida en la Tierra”, es otra crisis medioambiental de calado, causada también por el ser humano, que el cambio climático no debe eclipsar, apunta Sinkevicius, quien reclama “abordar con el mismo nivel de urgencia.

Y en concreto llama a no olvidar la importancia de proteger también el suelo y los organismos que lo pueblan, que representan el 25 % de la biodiversidad del planeta, incluidos el reino de los hongos, organismos que forman una red subterránea interconectada con las raíces que resulta “clave para mantener bosques saludables al permitir que los árboles compartan nutrientes, agua o señales de defensa”.

“El suelo y la multitud de organismos que viven en él nos proporcionan alimento, biomasa y fibras, regulan los ciclos del agua, el carbono y los nutrientes y hacen posible la vida en la Tierra. Son parte de una solución para la mitigación y adaptación climáticas”, concluye.

Javier Albisu