Hemos estado acostumbrados a la varicela como una enfermedad contagiosa con evidencia dermatológica, un malestar constante por el dolor del cuerpo y la alta temperatura. Sin embargo, hay otro padecimiento que comparte los mismos síntomas, aunque la presencia de marcas en la piel se limitan a las manos, pies y boca. Es por ello que algunos la llaman la «enfermedad de manos, pies y boca», pero cuyo nombre médico es Coxsackie.
Por el padecimiento de dos sobrinos y su madre, es que tuve la necesidad de conocer más de ese padecimiento viral. Se dice que es un virus perteneciente a la familia Picornaviridae del género Enterovirus.
Aislado por primera vez en la ciudad de Coxsackie en el estado de Nueva York en Estados Unidos por lo cual de ahí se deriva su nombre.
No existen vacunas siendo probable su transmisión por alguna falta en las condiciones de higiene o el contacto directo con una persona ya infectada.
Los síntomas habituales se reducen a la aparición de pequeñas ampollas en la palma de las manos y/o en la planta de los pies, y llagas, igualmente pequeñas en la boca. También puede aparecer fiebre, dolor de cabeza y/o pérdida de apetito.
Es una enfermedad muy contagiosa, más en la primera semana si se tiene contacto directo con fluidos corporales portadores del virus: secreciones de nariz y garganta, saliva, líquido de ampollas o las heces de una persona infectada.
El periodo de la enfermada puede durar de 5 a 7 días y generalmente son más susceptibles de sufrirlas los menores de cinco años de edad, aunque no se descarga que las persona mayores resulten también enfermas.
En caso de contar con un pariente enfermo de Coxscakie es necesario extremar medidas como la separación de platos, cubiertos y vasos para uso exclusivo de la persona infectada. Posterior a su uso se recomienda lavarlos con un poco de cloro. De preferencia dormir en cuartos separados para evitar que los estornudos diseminen el virus. Es deseable cubrirse la boca al estornudar con el antebrazo y no con la mano que después propague fluidos con virus. No acudir a espacios públicos para no producir más infecciones.
El diagnóstico se complica, ya que es fácil confundirla con otros padecimientos similares. Incluso, el desconocimiento del doctor puede asumir el cuadro de un paciente como una fuerte infección.
No es un enfermedad que reporte efectos colaterales o más dañinos. Se considera, a pesar de la molestia por las altas temperaturas y el malestar general, como benigna. Tan solo hay que esperar la evolución y paso del virus para la recuperación del cuerpo y volver a la vida cotidiana.
Una enfermedad que se descubre en Nueva York pero que ya está aquí en Yucatán. Así que hay que conocerla y tomar las prevenciones posibles no solo para evitar el contagio, sino también, para prevenir más su difusión.
Por la parte oficial, no hemos escuchado ninguna referencia o medida de prevención de una enfermedad que está presente en nuestra entidad. No hay campañas de información, ni tampoco ninguna difusión de medidas de seguridad para disminuir el contagio. Pero en la percepción cada día aumentan los contagios sin que se asuma una responsabilidad en la procuración de la integridad de la salud.
