Inicio Análisis político Alejandro López Munguía De “Prócer” a “gordito Marín”. Que mala estrategia.

De “Prócer” a “gordito Marín”. Que mala estrategia.

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De “Prócer” a “El gordito Marín”…

Definición de Prócer.- Hombre ilustre que es respetado por sus cualidades y disfruta de especial consideración entre los de su clase o profesión.

De muy mal gusto la estrategia que adoptó el candidato del PRI a la presidencia municipal de Mérida, Jorge Carlos Ramírez Marín. Definitivamente es un yerro monumental.

Y es que, de “Prócer” pasó simplemente a ser “el gordito Marín”. Es decir, de ser un político poderoso, intelectual, visionario, potentado, pasó a ser ordinario y hasta ridículo.

Jorge Carlos no necesita ponerse a bailar para granjearse el voto de la gente, porque de entrada no sabe y en el video de “el gordito Marín”, lo demuestra. Si ese era el caso, entonces le hubiera pedido a Dzereco que le enseñara a bailar el “mondongo”. ¡Eso si hubiera sido genial!.

 

 

Cuando la campaña de marketing electoral va en sentido contrario a la esencia del candidato, es un fracaso total. Y más si está costando “un huevo de toro”, diría Félix Salgado Macedonio. Esta campaña no proyecta la esencia de Jorge Carlos.

Porque Jorge Carlos es un político sui géneris. Es de una especie poco común en la fauna política nacional. Creo que no se tomaron el tiempo para definirlo como político, ni como ser humano, o mejor dicho, para descubrirlo como tal. Lo están manejando como si fuera un político de barrio, popular y bullanguero. Tal vez tenga un poco de eso, pero no, él es de otra dimensión. El senador no se puede poner a bailar de forma ridícula con una canción que repite un millón de veces “el gordito Marín”. ¡Oiga usted, si no es Ivonne Ortega que bailar le salía súper requetebien!. Su carisma no le da para eso. El hombre es un intelectual, pero además es un líder político, que puede bailar, ¡desde luego!, pero discretamente y con elegancia y porte, mientras avanza y suelta una frase poderosa. Porque lo atractivo del ex presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, es que posee una visión moderna, justa y progresiva de la Mérida del futuro. Supongo.

¿Quién conoce a Jorge Carlos como “el gordito Marín”?, solo los priístas que en el pasado se referían a él como “el gordo Marín”, y eso fue por allá de los años ochentas y noventas. Pero con el paso del tiempo, el hombre se hizo poderoso y potentado, llegó a ser Secretario de Estado y Presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, donde se le conoció como el “Prócer”. Nadie más volvió a referirse a él como “el gordo Marín”, porque  ya se había superado y había dejado atrás la mediocridad, la pobreza y la exclusión política.

Y es que había una marcada diferencia, cuando era “el gordo Marín”, era un político pobre. Cuando se convirtió en un político rico y poderoso, ya era conocido como el “Prócer”.

Socializar “el gordito Marín” para hacer al candidato más vendible al electorado no va a funcionar. Es una ocurrencia que evidencia desesperación y falta de talento para darle al candidato la proyección que necesita.

Jorge Carlos no está compitiendo para ser Rey Feo del Carnaval, sino para gobernar una Ciudad que cada día crece más y demanda de mucho talento y liderazgo.

Los meridanos no queremos una caricatura como Alcalde, sino un líder que nos guíe y nos atienda permanentemente.

¡Cielos!, ¿cuánto le estarán bajando a Jorge Carlos por ésta campaña de marketing que a todas luces es inefectiva?. Y eso no que no abordamos el tema de los espectaculares y las transmisiones en vivo del candidato.

¿En manos de quién está Jorge Carlos?.