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¿Declive de AMLO?

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CIUDAD DE MÉXICO, 30ENERO2018.- El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó la conferencia de esta mañana, en la cual se trató principalmente el tema del robo de combustible. FOTO: ISAAC ESQUIVEL /CUARTOSCURO.COM

En sus primeras palabras al finalizar la jornada electoral y se conocía y aceptaba su triunfo, Andrés Manuel López Obrador aseguraba que su pretensión era pasar en la historia de México como el mejor presidente del país. Una ambición legítima.
Sin embargo, al llegar a la mitad del primer año de gestión presidencial hay elementos y signos preocupantes de una gran descomposición en el gobierno federal que impacta en la credibilidad y estabilidad de México.
Los niveles de aceptación del presidente ya venían de bajada antes del conflicto diplomático por la amenaza de aranceles de la presidencia de Trump. Aunque alguno podría refutar estas mediciones por sujetarse a la subjetividad de una encuesta, el mejor dato que las cosas no van bien con Morena es la reducción de la intención de voto en las pasadas elecciones estatales de inicios de julio. Si bien lograron dos triunfos electorales en las gobernaturas en juego, a menos de un año del indiscutido triunfo federal, Morena experimentó una reducción significativa de votantes.
Entonces ¿de qué sirvió la creación y consolidación de la estructura electoral que se construye junto con todo el apoyo de los programas sociales surgidos de la Cuarta Transformación?
Se logró el triunfo no por la selección de los mejores candidatos en Morena. Fue la inercia del mal gobierno que produce la caída de credibilidad en el sistema político encabezados tanto por el PRI como del PAN. Si las cosas marcharan tan bien, como son los datos que presume López Obrador para justificar sus acciones, el entusiasmo ciudadano debería mantener o aumentar en los niveles de votación a favor del partido del presidente.
Pero algo está sucediendo en la percepción de los mexicanos que empiezan a darle la “justa medida” de valor al régimen de López Obrador y su Cuarta Transformación.
Para el mismo López Obrador, secundado por sus seguidores, insisten que toda la crítica surge de los grupos opositores, de quienes se ven afectados por los privilegios y el combate a la corrupción. Acusa y señala como hampa a la prensa que cuestiona. Descalifica a las instituciones financieras que evalúan la capacidad económica y crediticia de Estado y sus instituciones.
¿Estamos entonces en el camino correcto para la transformación del régimen político de México?
Es una realidad que no hay medicinas y la infraestructura hospitalaria es deficiente. Al grado que en estos meses se ha suscitado fallecimientos que en la percepción de la ciudadanía son causas del déficit de atención, mala presupuestación y la absurda austeridad en un ámbito donde el Estado no debería escatimar los recursos económicos para garantizar la integridad física y de vida de los ciudadanos.
El declive de Peña Nieto se recrudeció cuando desaparecieron los 43 estudiantes de Ayotzinapa, a casi dos años de iniciado su mandato. López Obrador ya sufre de un desgaste político cuando no ha alcanzado ni la mitad de su primer año de gestión. De tal manera que vale la reflexión ¿qué es lo que va a informar este próximo 1 de julio?