La razón es que están siguiendo la misma estrategia que en el 2007 cuando Néstor Santín, sin prueba alguna y con todo cinismo, acusó falsamente al Presidente del IPEPAC, Fernando Gómez Vales, de imponer como Secretario Ejecutivo a Alejandro Góngora Méndez por supuestas presiones de funcionarios del gobierno estatal, hecho que nunca probó ni él ni sus aliados panistas, pero que les sirvió para exigir a ese instituto electoral que no despidieran a determinados funcionarios del IPEPAC que durante la jornada del 20 de mayo del 2007 descaradamente trataban del favorecer al PAN y a sus candidatos, así como de que contrataran a otros afines a sus intereses. En pocas palabras: El vil chantaje.
A diferencia del 2007, en esta ocasión, todas esas denuncias sin fundamento hechas por el perredista Consejero Electoral Néstor Santín Velázquez y avaladas por el PAN, Frente Cívico, Movimiento Ciudadano, etc. son una moneda de cambio para que los demás partidos no impugnen los nombramientos de Patricia MacCarthy Caballero, Gustavo Monforte Méndez y Alberto Arjona Ordaz, todos ellos activistas del Frente Cívico Familiar y afines al Partido Acción Nacional.
Sin embargo y pese a las inconfesables presiones que sufren el gobierno del estado y las autoridades estatales y federales en materia electoral, el nombramiento de Patricia MacCarthy, Gustavo Monforte y Alberto Arjona como Consejeros del Consejo Electoral Local del IFE en Yucatán NO SE DEBEN DE DAR porque, de darse, se estaría propiciando el anticipado quebranto de los principios que deben de regir todas las actividades tanto del IFE como del IPEPAC, específicamente los de legalidad, independencia, imparcialidad y objetividad.
O habrá alguien que en su sano juicio crea que Patricia MacCarthy respetaría tales principios cuando en el pasado, desempeñando el mismo cargo de Consejera del Consejo Electoral Local del IFE, sin ningún pudor y con todo descaro y cinismo participó activamente en los mítines de los candidatos de Acción Nacional, hechos que fueron denunciados en su oportunidad y que no tuvo más remedio que aceptar ante la irrefutables pruebas que se presentaron, o que Alberto Arjona respetará tales principios cuando se ha destacado por su aversión hacia el PRI y las autoridades legítimamente constituidas emanadas de este instituto político, o bien, que Gustavo Monforte va a ceñir sus actos a dichos principios cuando desde el Frente Cívico ha mostrado su intolerancia hacia todo aquélla organización o persona que no piense igual o no sea afín al Partido Acción Naccional. Por favor, de antemano sabemos que algo van hacer si son nombrados como Consejeros del IFE es precisamente quebrantar esos principios y hacer hasta lo imposible para favorecer al PAN desde ese cargo, quebrantando adicionalmente así el principio de certeza del resultado del las próximas elecciones.
Y no creo que estas tres personas ignoren que el Principio de Legalidad los obligaría a que todos sus actos estén apegados a lo dispuesto por la Constitución y demás ordenamientos jurídicos en materia electoral para garantizar el ciudadano el libre ejercicio de sus derechos políticos, así como que su opinión y decisión expresada en las urnas será respetada y que el Principio de Imparcialidad implica neutralidad política y, por ende, ausencia total de partidismos que le permite al funcionario electoral elevarse por encima de sus preferencias políticas conteniendo sus intereses particulares en aras del interés colectivo. Que el Principio de Objetividad obliga a ver y reconocer los hechos por encina de su opinión personal que tengan sobre los mismos, con independencia de toda preferencia y que al no cumplir con este principio tampoco cumpliría con el principio de imparcialidad, ya que uno no puede existir sin el otro. Claro que saben y conocen estos principio y lo que implica para su recto actuar, sin embargo, estos tres personajes a evidenciado, con hechos del todos conocidos, carecer de valores, de honestidad y de calidad moral necesarios para ocupar el cargo de Consejero Electorales del IFE pues NUNCA han respetado ni han tenido la más mínima intención de respetar los Principios Rectores del IFE, en consecuencia, NO DEBEN SER NOMBRADOS como Consejero pues, que he dicho, el hacerlo sería un quebranto anticipado a tales principios.
.